Desde el 1º de enero de 1994, el Tratado de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá entro en vigencia con el objetivo de eliminar dificultades al comercio y facilitar la circulación trilateral de bienes y de servicios entre los territorios; así promover condiciones de competencia leal en la zona.
El bloqueo del jitomate mexicano por parte de la Cámara de Agricultores y de Comercio de los Estados Unidos se debido a que la deseada baya roja era más barata y de calidad que la americana por lo que se inició un cerco sanitario por parte del Departamento de Comercio de aquel país. Un tema cuestionable causó el transporte tanto marítimo como terrestre que se hacía en contenedores que no tenían las condiciones adecuadas para sostener determinadas reglas fitosanitarias que exigía el mercado americano. (Probablemente la plaga de la mosca blanca se contagiaba en dichos contenedores).
Recordemos que el mercado americano es el mayor consumidor de productos derivados del jitomate tales como: salsa catsup, pure, salsas italianas, entre otros. Además la industria ofrece trabajo a más de 65 mil personas a través de fábricas de envasado, el triturado, tomizado, la distribución y comercialización de las mismas; esto eleva la industria “tomatera” en la cifra de 20 mil millones de dólares anualmente.
Recientemente, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) implementó nuevas condiciones fitosanitarias a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA).
El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria dio a conocer un esquema para que exportadores mexicanos de jitomate se certifiquen en Sistemas de Reducción de Riesgos de Contaminación (SRRC), a fin de que puedan cumplir con el Acuerdo de Suspensión Antidumping de Jitomate que firmaron con el Departamento de Comercio de Estados Unidos.
El adecuado manejo de agroquímicos por parte de los agricultores mexicanos en la producción primaria o siembra, disminuye considerablemente el riesgo de que los productos de origen vegetal sean afectados por contaminantes químicos, físicos o microbiológicos.
Los procesos son complejos, se aplican cada determinado tiempo fertilizantes naturales. Productos biotecnológicos elaborados mediante fungicidas y el biofertilizantes de concentración baja para combatir plagas comunes como la mosca blanca, trips, pulgón, polilla y araña roja.
Datos de la SAGARPA arrojan que la producción anual de jitomate en México es de 2.5 millones de toneladas, siendo Sinaloa, Baja California y Michoacán los principales productores a nivel nacional.
Esta certificación de la SRRC se utilizará en otros productos mexicanos como los son el aguacate, pepino y mango, a fin de fortalecer el sistema de inocuidad a nivel nacional y evitar problemas que pudieran afectar la comercialización en otros países.
Un futuro prometedor se espera para los productores de jitomate de México en los próximos tres años. Las proyecciones es que se exporte jitomate a Estados Unidos por la cantidad de 17 mil toneladas anualmente.