*Más endeudamiento, la otra alternativa, ven analistas
“Cirugía mayor” al Presupuesto de Egresos 2014 o mayor deuda, son las alternativas que hay para contar con los recursos suficientes para la reconstrucción de las zonas afectas por “Manuel” e “Ingrid”, estimaron analistas del IMEF, Universidad Iberoamericana y del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria.
En entrevistas, consideraron que una vía para liberar recursos presupuestales para estas labores de reconstrucción es eliminar o reorientar programas no prioritarios, recortar el gasto corriente y evitar duplicidad de funciones.
La otra alternativa, agregaron, es recurrir a una ampliación del déficit público, siempre y cuando éste sea temporal y no ponga en riesgo las finanzas públicas, pues la situación de emergencia que vive el país justifica un mayor endeudamiento.
Destacaron que la inversión y la construcción de infraestructura que se llevará a cabo en las zonas afectadas por los fenómenos meteorológicos estimularán el mercado interno, generará empleos e incidirá en la recuperación de la economía en el corto plazo.
El presidente Enrique Peña Nieto pidió en días pasados hacer un ajustes al Presupuesto de Egresos propuesto para 2014, pues son insuficientes los 12 mil 500 millones de pesos en disponibilidad inmediata que se tienen en el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y del seguro de riesgos de riesgos catastróficos para hacer frente a la reconstrucción.
El director de la carrera de Economía de la Universidad Panamericana, Gabriel Pérez del Peral, opinó que este momento en el que se discute el paquete económico es una oportunidad irrepetible para hacer una “cirugía mayor” al gasto público y, al mismo tiempo, liberar recursos presupuestales para la reconstrucción de las zonas siniestradas.
Para ello, propuso revisar programas presupuestales y recortar el gasto corriente, y utilizar los recursos que se liberen para el apoyo a los damnificados y a la construcción inmediata de infraestructura, pues entre más tiempo pasar el impacto económico es mayor.
Propuso utilizar la metodología conocida como “presupuesto base cero”, la cual permite revisar los más de 700 programas presupuestarios existentes para eliminar o reorientar el gasto de aquellos no prioritarios, y con ello contar con recursos para enfrentar la contingencia.
Además, planteó, es el momento de detener la inercia del gasto corriente, el cual se ha estado “comiendo” el gasto de inversión y de capital desde hace varios lustros, y reorientar estos recursos para atender prioritariamente la reconstrucción.
Afirmó que esta contingencia ya está afectando el empleo y el consumo en las zonas afectadas, pero destacó que la reconstrucción estimulará el mercado interno, generará empleos y ayudará a revertir la debilidad que muestra la economía desde el año pasado.
Incluso, añadió, los beneficios fiscales otorgados a los contribuyentes de las zonas afectadas serán un estímulo para el mercado interno, pues al eximir o diferir el pago de contribuciones se aumenta el ingreso disponible y el consumo de las personas.
El vicepresidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Jonathan Heath, estimó a su vez que otra vía para contar con recursos para los trabajos de reconstrucción es recurrir a un mayor endeudamiento público.
Consideró que la emergencia que vive el país tras los embates de los fenómenos meteorológicos “Manuel” e “Ingrid” justificaría una ampliación del déficit fiscal, siempre y cuando éste sea temporal.
“Al pedir un endeudamiento especial para un solo ejercicio por una emergencia, no creo que podamos hablar o tener demasiados riesgos”, agregó al insistir que un eventual aumento en el déficit debe ser temporal y no volver algo recurrente.
Afirmó que la labor de reconstrucción que se llevará a cabo en varios estados del país afectados por las fuertes lluvias incidirá en “cierta recuperación” de la economía la cual, ratificó, entró en una ligera recesión desde el año pasado pero de la cual ya está a punto de salir.
“Si pones a más gente a trabajar, reconstruyendo puentes y carreteras, estas generando algo de empleo, especialmente en la parte de construcción, que ha sido la parte más dañada, y cualquier impulso a ese sector debe de ver como algo positivo”, resaltó.
El impulso positivo de la reconstrucción de infraestructura sobre la actividad económica podría presentarse desde el cuarto trimestre del presente año, pero se reflejará con mayor fuerza en el corto plazo, anticipó el especialista.
El director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), Héctor Villarreal Páez, coincidió en que las fuentes que tiene el gobierno para obtener recursos para la reconstrucción son reacomodar programas o recurrir a más déficit.
Anticipó que el gobierno federal optará por reorientar programas presupuestales que ya estaban planteados, específicamente en infraestructura, y en vez de construir una carretera nueva, por ejemplo, dará prioridad a arreglar las que fueron dañadas por las lluvias.
“Va a ser una reestructuración del gasto en programas que ya existen, y probablemente se suspenda algo de la nueva infraestructura para tratar de sustituir”, planteó al subrayar que también hay que poner atención en que el presupuesto en gasto social realmente llegue a los afectados.
Por el momento, dijo, es muy difícil estimar el costo de los daños causados por “Ingrid” y “Manuel” pues eso requiere trabajo de campo, pero alertó que los gobiernos estatales pueden exagerar lo ocurrido para tratar de obtener más recursos presupuestales para atender las afectaciones.
Por ello, urgió al gobierno a hacer una evaluación rápida de los recursos que se requerirán para la reconstrucción, aunque es probable que los apoyos presupuestales no se incluyan sólo en el paquete económico para 2014, sino que también se den en los próximos dos o tres años.
Reconoció que las obras de reconstrucción tendrán un efecto positivo en la economía, pero recordó que algunas de las zonas afectadas por las fuertes lluvias ya estaban empobrecidas y ahora el reto será ayudarlos a enfrentar la contingencia y mejorar las condiciones en que vivían.