A fin de asegurarse un crecimiento sostenido en los próximos años, México deberá realizar inversiones superiores a los 71 mil millones de dólares para nueva infraestructura en todos los campos, principalmente en el aspecto de las conectividades logísticas, dijo el presidente de Consejo Coordinador Empresarial (CCE) Gerardo Gutiérrez Candiani.
Asimismo reiteró que para este sector es necesaria una planeación de la conectividad para los siguientes 30 años y así sostener un ritmo de crecimiento de cuando menos 3.5 por ciento al año.
Por ello, dijo, los empresarios del país llamaron a apoyar el Programa Nacional de Infraestructura y extenderlo hacia el año 2030, así como impulsar la implementación de las reformas estructurales.
Además consideró que en México se tienen que invertir cerca de 71 mil millones de dólares anuales hasta el año 2025.
En el documento, “La Voz del CCE”, Gutiérrez Candiani, comentó que en Estados Unidos lo planearon hace más de 100 años con un sistema de autopistas multi-carriles que conectara a todo el país, y de manera gratuita o a muy bajo costo para los usuarios.
Hoy, dijo, tienen un ambicioso plan para construir una red de trenes de alta velocidad por todo el país, el cual se extiende hasta el año 2030.
De lo que se trata, por lo tanto, señaló es de vincular eficientemente al mercado interno, hacia adentro y con el mundo, lo mismo para efectos de consumo que de producción, pero también de la movilidad de las personas.
Insistió en que la clave del progreso es la conectividad, la cual es un punto débil para el desarrollo de México que deben atender con visión estratégica, con una planeación cuyo horizonte sea de cuando menos de 20 a 30 años.
Este es el mejor momento para fijarnos metas de este tipo y compromisos concretos para cumplirlos, tanto por las reformas estructurales que se están procesando, como por la relevancia y los alcances del Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018, que es todo un hito en este campo.
Puntualizó que el monto de los recursos involucrados es histórico con 7.7 billones de pesos, con lo que se duplica lo invertido en el sexenio pasado, de los que 63 por ciento los aportará el Estado y el resto, la iniciativa privada.
El programa prevé tres sectores estratégicos adicionales a comunicaciones y transportes, energía y red hidráulica, tales como salud, desarrollo urbano y vivienda, así como turismo.
Incluye asimismo obras que no pudieron ser concluidas en el periodo anterior y considera tanto la cobertura interregional como la nacional, estableciendo prioridades como el impulso a la Región Sur-Sureste, con una Estrategia Transversal específica que abarca 189 proyectos.
En este plan las oportunidades para el sector empresarial son múltiples y de gran calado, y se amplían con los nuevos esquemas de asociaciones público-privadas, y desde luego, con la reforma energética y la de telecomunicaciones, que por sí mismas serán los más poderosos motores de inversión en los próximos años.
“El desafío es mayúsculo, pero es indispensable acometerlo, si es que queremos tener un desarrollo con equidad. Sólo así mantendremos nuestra competitividad logística de cara al mercado global, así como un fuerte empuje en la actividad económica y en la generación de más y mejores empleos”, aseveró.
Necesitamos extender el acertado Programa Sexenal de Infraestructura a un plazo más amplio, hacia el 2030, con el cometido de multiplicar la infraestructura actual, poniendo como ejes del proyecto la conectividad y accesibilidad para todos los agentes económicos y todos los ciudadanos, tanto en términos de formatos como de costos adecuados.
El líder del sector empresarial dijo que la clave del progreso es la conectividad, la cual es un punto débil para el desarrollo de México que deben atender con visión estratégica, con una planeación cuyo horizonte sea de cuando menos de 20 a 30 años.
“Este es el mejor momento para fijarnos metas de este tipo y compromisos concretos para cumplirlos, tanto por las reformas estructurales que se están procesando, como por la relevancia y los alcances del Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018, que es todo un hito en este campo”.
Puntualizó que el monto de los recursos involucrados es histórico con 7.7 billones de pesos, con lo que se duplica lo invertido en el sexenio pasado, de los que 63% los aportará el Estado y el resto, la iniciativa privada.
El programa prevé tres sectores estratégicos adicionales a comunicaciones y transportes, energía y red hidráulica, tales como salud, desarrollo urbano y vivienda, así como turismo.
Incluye asimismo obras que no pudieron ser concluidas en el periodo anterior y considera tanto la cobertura interregional como la nacional, estableciendo prioridades como el impulso a la Región Sur-Sureste, con una Estrategia Transversal específica que abarca 189 proyectos.
En este plan las oportunidades para el sector empresarial son múltiples y de gran calado, y se amplían con los nuevos esquemas de asociaciones público-privadas, y desde luego, con la reforma energética y la de telecomunicaciones, que por sí mismas serán los más poderosos motores de inversión en los próximos años.
“El desafío es mayúsculo, pero es indispensable acometerlo, si es que queremos tener un desarrollo con equidad. Sólo así mantendremos nuestra competitividad logística de cara al mercado global, así como un fuerte empuje en la actividad económica y en la generación de más y mejores empleos”, aseveró.