El proceso de selección interna del PRI de su candidato a gobernador en Quintana Roo está por llegar a su última etapa, en medio de las dudas y acusaciones mutuas. Quizá los dos últimos con posibilidades reales de hacerse de la candidatura son Mauricio
Góngora Escalante y José Luis Toledo Medina.
El primero es el actual presidente municipal de Solidaridad, localidad que tiene entre sus joyas turísticas a Playa del Carmen, y donde ha realizado una labor muy sostenida, sobre todo en materia de desarrollo turístico, seguridad e infraestructura. El segundo, Toledo Medina, mejor conocido entre sus cuates como “Chanito”, fue Tesorero en el mismo municipio, pero no dejó muy buenas cuentas, de hecho, todavía enfrenta procesos administrativos por un presunto desfalco a las arcas públicas de algo así como 680 millones de pesos.
Lo bueno para Chanito Toledo, y malo para Góngora, es que parece que los afectos del gobernador están precisamente con el más cuestionado, y no es que sea muy bueno, administrador eficiente o destacado político, sino porque el pago de facturas ha sido algo muy presente en ese proceso de elección de candidato.
Se trata de un caso de “buenos amigos”, “socios”, o hacedores de causas comunes que tiene como antecedente directo precisamente el presunto desfalco de los 680 millones de pesos.
Hasta donde se sabe, en la época en que “Chanito” despachaba como Tesorero municipal en Solidaridad, al gobernador Roberto Borge Angulo se le vinculó con un gasto excesivo en aspectos que le eran difíciles de comprobar legalmente, por lo que recurrió a su amigo “Chanito”, quien no tardo ni perezoso entregó al mandatario unos pesos que había gestionado como préstamo para las arcas municipales de Solidaridad.
El problema es que al gobernador Borge no le dio tiempo de pagar lo que le prestaron, y en lugar de hacerlo prefirió hacer una maniobra política para convertir en diputado a “Chanito”, con lo que obtuvo el fuero y la impunidad necesaria como para no tener que enfrentar investigación alguna.
Quizá este factor será el que defina nuevamente el proceso de selección de candidato priista a la gubernatura de Quintana Roo, un asunto de pesos y centavos, no de posibilidades ni de capacidades. En fin, el PRI será el que al final del día gane o pierda con la maniobra del gobernador Borge, porque al interior se puede mentir y maniobrar, pero a la hora de los votos, a la gente de Quintana Roo seguramente todavía no se le olvidan los 680 millones de pesos que debe el tal “Chanito”.