Puebla.- Decenas de habitantes de una comunidad del estado mexicano de Puebla (centro), epicentro del robo de combustible que causa pérdidas millonarias, aprovecharon una toma clandestina para llenar numerosos contenedores con diésel ante la mirada de autoridades locales.
La toma ilegal quedó expuesta al amanecer en un poblado del municipio de San Matías Tlalancaleca, a unos 86 kilómetros al sureste de Ciudad de México, donde el combustible brotó a una altura de hasta 15 metros por la presión del ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Los vecinos de la zona, entre ellos menores de edad, acudieron al sitio y aprovecharon para llenar desde cubetas hasta bidones que transportaron en camionetas sin ninguna oposición, pese a que en el lugar se desplegó personal de Seguridad Física de Pemex y policías municipales.
"Ante la presencia de gente, presuntamente de la comunidad, que irresponsablemente llevó a niños al lugar, se tomó la decisión de evitar cualquier tipo de enfrentamiento, así como (descartar) el riesgo que representa cualquier fricción con el combustible, que pudiera desencadenar una contingencia mayor", informó en un comunicado el grupo de coordinación "Puebla Segura", que integra a fuerzas federales y estatales.
La fuente de diésel estuvo activa por unas tres horas, sin que fuera necesario evacuar la comunidad. Tampoco se suspendieron clases, aunque en el sitio se encontraban menores de edad, incluso de brazos.
Pemex informó en un comunicado que controló el derrame y que "suspendió temporalmente la operación del ducto" como medida de seguridad.
El robo de combustible ha convulsionado varios estados del país, con violentos enfrentamientos entre autoridades y bandas organizadas, además de familias que viven de esa práctica al margen de la ley.
Hace dos semanas murieron cuatro soldados y seis presuntos delincuentes en un enfrentamiento entre militares y bandas dedicadas a esta práctica.
Puebla es uno de los estados donde existe el mayor número de tomas clandestinas de combustible, que se estima causan pérdidas por unos 2.000 millones de dólares anuales a Pemex.
Sólo en los primeros cuatro meses de 2017, militares y policías decomisaron dos millones de litros, detuvieron a 340 presuntos ladrones y se decomisaron 1.080 automóviles usados para el tráfico de gasolinas, de acuerdo con cifras estatales.
En diciembre de 2010, un robo de combustible desató una explosión que dejó 29 muertos en la comunidad de San Martín Texmelucan de este estado.