Los jóvenes consideran que en ocasiones el modelo de enseñanza tradicional rompe con la creatividad. Lo anterior, de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Guadalajara para identificar el significado de la innovación social entre los estudiantes jaliscienses. Rocío Calderón García, coordinadora de investigación y posgrado de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología de Jalisco, explicó que en esa investigación se aplicó una encuesta en línea a mil 71 jóvenes de entre 12 y 29 años de edad de escuelas públicas y privadas.
Ante la pregunta: ¿Qué podría proporcionar la escuela para desarrollar el potencial innovador?, la respuesta mayoritaria fue la estimulación de nuevas ideas y establecer un clima de confianza, aceptación y respeto, describió Calderón García durante el Seminario de Innovación Social en México: Conformando Redes.
La también profesora de la Universidad de Guadalajara, dijo que “entre las áreas de oportunidad para fortalecer la innovación debe considerarse ampliar las oportunidades a través de nuevos espacios mediante la promoción de centros de innovación, ferias de ciencias, una mayor vinculación con el sector productivo, y el apoyo con laboratorios que permitan un mejor uso de las tecnologías de la información y comunicación”.
Experiencias de innovación social
Saray Bucio Mendoza, del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), campus Morelia, se refirió en el Seminario a los resultados que ha tenido la innovación social en territorios periurbanos y rurales marginados.
Un caso en el que la innovación ha demostrado gran potencial de transformación social, dijo, ha sido en el estado de Michoacán. Un estudio realizado en La Huacanca y Morelia, municipios de esa entidad federativa, buscó identificar los componentes de sistema social local y su relación con la innovación, así como describir su vinculación con el mejoramiento de la calidad de vida en el marco de la sustentabilidad.
Resaltó que la innovación social fomentó el desarrollo sustentable en el que participaron diversos sectores de la comunidad, sobre todo el social y el productivo.
Además, Bucio Mendoza subrayó que “es importante impulsar la innovación, pero que sea principalmente enfocada en la gente, que los ciudadanos sean los actores reales”.
En este sentido, Sergio Martínez Cruz, de la Dirección de Vinculación Interinstitucional de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), resaltó que las instituciones de educación superior tienen el reto de contribuir a través de sus acciones académicas a la competitividad, no solo local o nacional, sino también internacional.
“Para asumir estos retos es necesario impulsar un cambio institucional, es decir, la formación en la gestión estratégica y de liderazgo en las instituciones”, señaló Martínez Cruz.
A principios del siglo XXI, surgió en la Unión Europea el concepto de innovación social, para mostrar que las corrientes de desarrollo no solo son tecnológicas, sino también brindan un beneficio directo a la sociedad, es decir, están orientadas a encontrar nuevas soluciones a los problemas de las comunidades.
La innovación social busca la integración de los diversos sectores en beneficio de la comunidad y se centra cada vez más en la colaboración pública-privada, así como en una visión interdisciplinaria, señaló por su parte Mónica Casalet, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
“El problema del concepto de innovación social es que se entiende de forma heterogénea y por eso las políticas en esta materia no reflejan conexiones comunes”, lamentó la especialista en innovación tecnológica.
El Seminario de Innovación Social en México: Conformando Redes fue organizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico en la Unidad de Seminarios de la UNAM.