Ante el incremento de la actividad vulcano-tectónica en la cara del Popocatépetl que da hacia Puebla, la Coordinación Nacional de Protección Civil aumentó el monitoreo y ya realizó una revisión de las rutas de desalojo.
En conferencia de prensa, el titular de la Coordinación Nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente Espinosa, señaló que “hoy hemos tenido mucho más actividad del volcán en la cara que da hacia la zona de Atlixco, Santiago Xalitzintla”.
Acompañado por el director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para hablar sobre la tormenta tropical Bud, reconoció que tras la tragedia volcánica en Guatemala, se analizó la actividad del Popocatépetl y del Volcán de Colima.
Este trabajo, coordinado con el Instituto de Geología de la Universidad nacional Autónoma de México (UNAM), tiene por objeto determinar un nuevo mapa de riesgos. En el caso del Popocatépetl se realizaron también revisiones a 10 rutas de evacuación en la zona, en conjunto con el gobierno de Puebla.
Están identificadas las rutas de desalojo, los refugios hacia donde iría la gente y están listos los convenios con las empresas de transporte, además de los recorridos sobre las rutas para identificar qué mantenimiento se requiere.
Puente Espinosa aprovechó para llamar a la población a no volver a colocar los topes que se quitaron, pues si bien esto puede convenir a la gente en las localidades, sobre todo por cuestiones comerciales, puede resultar catastrófico a la hora de una emergencia real.
Recordó que en el lado del volcán que mira hacia Puebla, en esta temporada han ocurrido muchos sismos. Al respecto, los geólogos de la UNAM advirtieron que podría haber una fractura y aunque de momento no se han presentado fracturas, por eso se incrementó el monitoreo.
Aunque de momento el semáforo de alerta volcánica permanece en amarillo fase 2 y la restricción de acercarse al cráter continúa en el rango de los 12 kilómetros, se ha aumentado el monitoreo ante el incremento de actividad sísmica.
La próxima semana se revisarían las rutas de desalojo en el Estado de México y posteriormente en Morelos y por último Tlaxcala, porque es en esta última entidad donde menos afectaciones habría en caso de un evento volcánico.
Respecto al volcán de Colima, recordó que en 2015 hubo una erupción importante, que arrojó 12 millones de metros cúbicos de lava y material incandescente que salieron a los costados del cono volcánico.
Puntualizó que se trató de un evento trágico, “pero actuamos a tiempo en ese momento; sacamos a la población, tuvimos afectaciones en carreteras, en viviendas, pero no tuvimos afectaciones en población”.