Pone a prueba COVID-19 sistema de salud mexicano

México, 17 mar.- La pandemia del COVID-19 ha puesto en vilo al mundo entero y supone

 un gigantesco reto para un sistema de salud mexicano que ha recibido muchas críticas recientemente por falta de eficiencia y por fallas en la atención de los pacientes.

El 28 de febrero pasado, el Gobierno mexicano reconoció el primer caso de COVID-19 en México: un hombre de 35 años que había viajado recientemente a Italia, país en el que había ya casi 1.000 infectados

Desde entonces y hasta la fecha van más de 82 casos, si bien el Gobierno estima que será entre el 20 y el 30 de marzo cuando se propagarán la mayoría de casos en el país.

“El país no está preparado para un embate de este tamaño”, aseguró este miércoles a Efe el doctor Xavier Tello, médico cirujano y consultor en comunicación en salud.

El especialista explicó que una de las fallas que ha tenido el Gobierno es que todavía no existe un presupuesto destinado a la pandemia.

“Los 3.500 millones de pesos (unos 150 millones de dólares) que acaban de anunciar (este martes) no es nada para lo que realmente se necesita”, lamentó.

Tello detalló que el presupuesto debe estar pensado para realizar pruebas, comprar insumos, equipos de protección y adecuar salas de urgencias.

DENUNCIAN FALTA DE MATERIAL Y PROTOCOLOS

Este martes, personal del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) de la capital, el hospital más grande del país especialista en el tema, se manifestó ante la dirección exigiendo más material médico y la implementación de protocolos adecuados.

En entrevista con Efe, una empleada del centro médico -quien prefirió mantener el anonimato- aseguró que, pese a que el primer caso de COVID-19 se detectó a finales de febrero y fue precisamente atendido por el INER, hasta el momento no cuentan con material ni medidas de protección adecuadas.

Aseguraron que el servicio está en muy malas condiciones y en algunas áreas no funcionan ni las puertas.

Además, denunciaron que no hay un zona específica para atender a los enfermos.

En este sentido, las trabajadores denunciaron que se necesitan reforzar medidas porque, hace años, ante la influenza AH1N1 del 2009 “se contagiaron más de 170 compañeros”.

Y lo mismo sucede, por ejemplo, con el personal de seguridad que resguarda las puertas del nosocomio, pues solamente cuentan con cubrebocas y su atuendo contrasta con el de los doctores que atienden los casos sospechosos quienes usan equipos de protección especiales.

La pandemia del coronavirus se suma a una crisis generalizada en el sector salud que se agudizó en 2019 debido a los recortes presupuestarios y a los cambios en la forma de comprar las medicinas impuestos por Andrés Manuel López Obrador, quien asumió la Presidencia el 1 de diciembre de 2018.

LAS CIFRAS PONEN EN DUDA A LAS AUTORIDADES

Las autoridades de salud del país han insistido de manera constante que México está preparado para hacer frente al COVID-19, incluso aún cuando sus previsiones estiman que, al menos una tercera parte de la población mexicana se verá afectada por este virus.

“Lo advertimos desde el inicio, esto no se puede contener. Eso no quiere decir que no se pueda mitigar la transmisión hasta el grado potencial de eliminarlo”, dijo el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, cuando llegó el virus a México.

Al respecto, el presidente López Obrador, aseguró que en el país “tenemos los médicos, los especialistas, los hospitales, la capacidad para hacerle frente a este caso de coronavirus. Estamos preparados”.

De acuerdo con cifras oficiales, en total el sistema de salud cuenta con 139.581 camas totales -89.562 hospitalarias y 50.019 en otras áreas- pero de cumplirse los pronósticos en donde se estima que hasta 20 % de la población podría necesitar hospitalización, estas serían claramente insuficientes en un país de casi 130 millones de habitantes.

De acuerdo con la OCDE, México tiene con 1,4 camas por cada 1.000 habitantes, mientras que España tiene 3, Italia tiene 3,2, y China 4,2.

Este mismo martes López-Gatell sostuvo que México todavía se encuentra en una primera fase de contagios importados y que se están tomando “las decisiones adecuadas” como el cierre de colegios desde el 20 de marzo y la cancelación de eventos de más de 5.000 personas.

En tanto, el Gobierno de México ha dicho que adquirió en enero 9.100 pruebas para detectar COVID-19 en el sistema público de salud y ha anunciado que tiene previsto comprar más. Hasta el momento, ha homologado las pruebas que realizan 16 laboratorios y tres hospitales privados, las cuales tienen un costo mínimo de 60 dólares.

PACIENTES TEMEROSOS POR COVID-19

A las afueras del INER pacientes acuden a sus citas de manera regular, la mayoría usan mascarillas como medida de protección y están conscientes de las medidas de prevención que ha recomendado el gobierno.

“Hay que lavarse las manos seguido”, remarcó Enrique Saldaña, quien se trata en el instituto un nódulo en el pulmón y quien aseguró a Efe que desde que acude al hospital desde noviembre del año pasado, lo han atendido “muy bien”.

Consideró que, con base en su experiencia, en caso de que existiera una contingencia por el COVID-19 “a la mayoría (de la población) sí nos atenderían)”.

Lizeth Medina llegó este martes al instituto porque una familiar suya llevaba tres días con los síntomas: fiebre, tos y dolor de cabeza, y quiere descartar que se trate de COVID-19.

Dijo que para ella hay una carencia de medidas de higiene generalizada y además en las farmacias y en los supermercados han desaparecido ciertos productos.

Consideró que el Gobierno “no está preparado” para enfrentar la pandemia e incluso dijo “creo que nos están escondiendo casos”.

En contraste, Teresa Pérez, paciente que recién salió de su consulta en el instituto, dijo que el hospital parece estar preparado para esta pandemia.

“Yo tengo temor porque soy asmática, pero la atención adentro es la adecuada y creo que es igual que con otras enfermedades”, subrayó.

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