PUEBLA, jueves 24 de junio 2021.- Después de una década de lucha, la activista Cinthya Rodriguez cumplió uno de sus sueños: ser reconocida legalmente de acuerdo con su género. Cuando tuvo en sus manos su acta de nacimiento con el nombre de Cinthya Gabriela Chumacero Rodríguez no pudo contener las lágrimas.
La fundadora y presidenta del Grupo Transgénero Puebla fue de las primeras en hacer uso de la "Ley Agnes", recién aprobada y que entró en vigor en la entidad y entonces -dice- dio un paso en contra de la discriminación en contra de las chicas y chicos trans.
"Como activista una satisfacción muy grande de logros, hubo desvelos, muerte de chicas y compañeros activistas para que tengamos un derecho a una identidad como seres humanos y a la no discriminación", afirma.
Al entrar ayer en vigor la "Ley Agnes", cinco mujeres trans y dos hombres trans recibieron su acta de nacimiento con su nombre de acuerdo a su género, lo que significó un logró gracias a que Puebla se convirtió en la décima cuarta entidad en tener la "Ley Agnes".
La histórica activista poblana asegura que se trata de un paso más para lograr el respeto a sus derechos y como ejemplo puso que ahora cuando vaya a pedir un trabajo la nombren Cinthya Gabriela "y no me estén discriminando diciéndome Jorge, Pedro o a los chicos trans que les digan María cuando son Luis".
"Significa que la comunidad trans, tanto masculina como femenina, tendremos el derecho de tener un acta que nos identifique y una credencial de elector que nos identifique como personas al nombre de nuestro género", se congratuló.
"En lo personal mi satisfacción es que ya me puedo presentar como Gabriela y como Gabriela defender a que no haya discriminaciones, trabajo digno y salud digna y una educación digna", dice.
A pesar del logro de la "Ley Agnes", asegura que la lucha no a acabado, pues ahora les toca seguir luchando por sus derechos, porque -denuncia- "seguimos siendo discriminadas, matadas y vulneradas".
La activista afirmó que es necesario luchar por los derechos de infancias trans, impulsar talleres en escuelas de educación sexual y género, una salud digna, refugios o albergues para los ancianos trans, entre otras cosas más.