México, 12 de septiembre 2024 ::: La polémica reforma constitucional que reestructurará el Poder Judicial
y hará que todos los jueces sean elegidos en comicios, un cambio que sus críticos temen que politice la justicia y ponga en peligro la democracia, es ya prácticamente una realidad en México; incluso sus críticos dudan que se pueda evitar que entre en vigor.
Su trámite parlamentario terminó la madrugada del miércoles con su aprobación en el Senado, donde Morena consiguió in extremis el único voto que le faltaba gracias a un parlamentario de la oposición y después de una muy convulsa sesión que incluyó la irrupción de manifestantes en el Pleno, el cambio de sede de la sesión y acusaciones de cooptar el voto.
Ya sólo necesita su ratificación por 17 de los 32 Estados del país, algo totalmente factible porque Morena, el partido del Presidente Andrés Manuel López Obrador, y sus aliados controlan más de una veintena de parlamentos locales.
El primer Estado en dar su apoyo fue Oaxaca, que sólo horas después del voto en el Senado aprobó la iniciativa por unanimidad, con los votos del oficialismo y de los partidos de oposición. En Ciudad de México, en cambio, los partidos de oposición arremetieron duramente contra lo que calificaron como un riesgo para la democracia. Al menos otros dos Estados ratificaron también la reforma el mismo miércoles.
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