Visitar un asteroide, paso previo para ir a Marte

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Marte es el objetivo final de la NASA, adonde pretende llegar en 2035 en lo que sería el primer vuelo interplanetario para los seres humanos. Pero el camino a seguir antes del gran logro todavía no está claro. ¿Debemos regresar a la Luna? ¿Dirigirnos directamente a Marte? ¿O existe una tercera opción como paso previo? Richard P. Binzel, profesor de ciencia planetaria en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) en Cambridge (EE.UU.), propone en la revista Nature aprovechar que miles de asteroides del tamaño de un contenedor de carga y más grandes pasan casi tan cerca como la Luna cada año para hacer una excursión previa, e incluso ir un poco más lejos.

A su juicio, la conquista de una de estas rocas supondría el mejor entrenamiento tanto en vuelo como en vehículos robóticos, herramientas y habilidades humanas antes de ir al Planeta rojo.

Binzel reconoce en un comentario en la prestigiosa revista científica su oposición frontal a la misión de la agencia espacial estadounidense para capturar un asteroide en el espacio con una nave robotizada y ponerlo al alcance de los astronautas en 2025, que pondrían visitarlo en algún lugar cercano a la Luna. A su juicio, la tecnología necesaria para capturar, contener y reorientar un asteroide son «elementos sin salida», que no aportan ningún conocimiento a un viaje tripulado de larga duración. Igualmente, no cree que esa misión pueda ofrecer importante información nueva sobre los peligros de los asteroides, ya que el objetivo sería de apenas un cuarto de tamaño de la famosa roca que cayó en Chelyabinks (Rusia), demasiado pequeño para sobrevivir al paso de la atmósfera. «Y la idea de que podríamos beneficiarnos en el corto plazo mediante la extracción de agua o combustible para cohetes de un asteroide es demasiado fantástica, debido a su coste y complejidad», subraya.

Para Binzel, la NASA necesita un plan más pragmático, y los asteroides cercanos a la Tierra son «los más accesibles peldaños interplanetarios a Marte. ¿Por qué recuperar un asteroide cuando podemos esperar a que vengan cerca de nosotros?».

El investigador recuerda que hay mucho donde elegir. Además de los mil objetos de decenas de metros o más grandes conocidos actualmente que pasan a una distancia dos veces la que nos separa de la Luna, casi 10 millones más de estos cuerpos aguardan ser descubiertos en órbitas que pasan entre la Tierra y Marte. Hasta ahora, hemos detectado apenas el 0,1% de ellos.

Con vehículos robóticos

Una vez los seres humanos puedan llegar a la órbita de un asteroide, podrán repetir su hazaña cientos o miles de veces, lo que permitiría un programa constante de exploración espacial desarrollado entre los años 2020 y 2030. Para lograr la exploración de estos mundos, Binzel cree que harían falta vehículos robóticos operados y herramientas para permitir trabajar a los astronautas independientemente de su tamaño, forma o giro, ya que no hay ninguna razón para pensar que estas rocas tengan una superficie lisa aceptable para un traje espacial. Vehículos similares a los utilizados para la exploración bajo el agua podrían ser dirigidos desde el módulo principal de la tripulación para llevar a cabo investigaciones in situ. Con un arsenal de dispositivos de agarre para ganar un punto de apoyo necesario para trabajar en microgravedad y la capacidad de operar todas las horas necesarias, «la exploración de estos mundos podría ser posible».

A partir de ahí, podríamos extender la duración del vuelo a rangos cada vez mayores. «Las primeras misiones podrían durar semanas y no ir muy lejos, pero excursiones posteriores podrían durar meses e ir sucesivamente más lejos en el espacio, lo que demuestra que Marte está a nuestro alcance».

 

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