Esta semana se dedica a ese momento natural al que, seguro, todo ser vivo llega, la muerte.
En nuestra cultura, la muerte representa el momento en que una vida termina para iniciar otra en un sitio distante o se llegue a lo que algunos llaman, transmutación del alma. Desde la época de las cavernas, los cementerios son los sitios donde los restos mortales esperan su juicio final, enormes terrenos donde los cuerpos son velados, cremados y/o depositados en cajas para el descanso eterno. Ahora, hay casas funerarias que brindan ese servicio y, vale la pena detenernos aquí, porque no sólo se trata de seguir las costumbres cuando la muerte llega, hay que tomar en cuenta lo que implica ese momento en nuestro medio ambiente.
¿Ha pensado en la forma en que las actividades en los camposantos y las funerarias dañan el medio ambiente de los vivos? Tuve la oportunidad de conocer una empresa que ofrece servicios funerarios que, tras tener conocimiento de la contaminación que se desprende de las acciones relacionadas con el tratamiento de los cuerpos, se ha enlistado entre las compañías que cuidan nuestro entorno; es Funerarias J. García López, fundada por doña Julieta Bravo de García López, en 1981, y actualmente, cuenta con ocho sucursales en el Distrito Federal.
De hecho, la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal certificó una de las plazas de esta empresa por Cumplimiento Ambiental. J. García López Casa Pedregal es la sucursal que recibió dicho reconocimiento y la Secretaría del Medio Ambiente local realizó una serie de visitas para verificar desechos orgánicos y tratamiento de agua. Es la dependencia encargada de comprobar que se cumpla la ley y realiza auditorias e inspecciona las instalaciones para verificar que las emisiones se encuentran en los niveles mínimos o nulos a lo que dicta la reglamentación.
Funerarias J. García López se distingue de otras compañías por la tecnificación de sus procesos; la implementación de equipos de última generación en crematorios; el profesionalismo que garantiza un trabajo digno, a la altura de las familias que depositan su confianza en su servicio y; responsabilidad.
Pero, no sólo en la reducción de contaminantes es que la funeraria muestra su compromiso ambiental, existen otras acciones. En Casa Pedregal hay un sistema de captación de agua de lluvia en la azotea, mediante un sistema eléctrico ahorrador de energía. Cabe decir que el agua de lluvia recolectada es enviada a una cisterna que abastece el líquido en los baños y que, la que sobra, se canalice para rellenar los mantos freáticos de la zona, siendo agua limpia la que va al subsuelo.
No cabe duda de que en todos los espacios es posible dejar una huella amable con nuestro entorno.