Astrónomos aficionados lograron tomar imágenes de una misteriosa nube que emergía al amanecer en el borde del disco de Marte.
El fenómeno, que tuvo lugar en marzo de 2012, alcanzó una altura excepcional, de entre
200 y 250 kilómetros sobre la superficie y se pudo ver, aunque solo durante el amanecer marciano, durante unos diez días.
Ahora, científicos de la Universidad del País Vasco y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) decidieron investigar las imágenes y comprobaron que el penacho alcanzó los 500 kilómetros de extensión horizontal, determinando su brillo en diferentes longitudes de onda.