El hombre ha sido objeto de estudio por su capacidad de adaptación y la forma en que se relaciona en un mundo diverso y cambiante, pero, debido al colapso ecológico y la crisis de valores sociales, la conducta del ser humano ha sido alterada al grado de que los especialistas han abierto un nuevo campo en las disciplinas sociales, la Psicología Ecológica.
Para comprender la importancia del enlace de ambas materias hay que decir que la Psicología se encarga del estudio de los procesos mentales desde sus diferentes procesos: cognitivo, afectivo y conductual, mientras que, la Ecología, trata las relaciones de los pobladores de la tierra, plantas, animales, microorganismos y al ser humano. Esta rama biológica conoce la estructura de la naturaleza y las formas en que se adecuan los seres vivos al medio donde estos se encuentran.
Tomando los datos anteriores la Psicología Ecológica se especializa en conocer la manera en que el ambiente forma o modela la conducta y personalidad de los humanos. Y debido a que suelen confundir este conocimiento con la psicología ambiental, vale la pena señalar que no son iguales, ya que la ambiental es aquella que observa cómo el entorno inmediato del individuo influye en su calidad de vida en lo corporal y en lo emocional.
Por lo que la Psicología Ecológica representa, la mentalidad del ser humano es consecuencia de lo que percibe de su exterior, esto es, que la familia, la escuela, los amigos, el trabajo, las costumbres, el clima, el aire que respira, lo que ve, escucha y siente, son factores que determinan las habilidades, conductas y emociones que la persona presenta.
El estado psicológico de las personas es una de las partes en la salud humana que hay que tomar en cuenta porque mucho de lo que ahora afecta la salud de las personas, y que se dice, proviene del entorno en que se desarrolla, tiene que ver con la forma en la que se siente la persona en lo espiritual. Para tener salud hay que advertir los efectos nocivos de los factores del medio ambiente, no hay que trabajar ni invertir en el alivio de las enfermedades sino en su prevención. Por ejemplo, hoy en día muchas personas viven con la preocupación o en depresión por pensar que el ambiente en que viven pueda causar algún tipo de cáncer en sus organismos y eso, es contaminación emocional.
Uno de los motivos que han impulsado estas reflexiones ha sido el dolor que causa la destrucción que se hace al planeta. Las acciones de las “mentesinteligentes” están aniquilando el entorno y sus conciencias. Desde la revolución industrial, pareciera que el hombre se ha disociado de la naturaleza y se ha transformado en una fría máquina más, algo, que en algunos casos, lo ha llevado a graves problemas de adaptación, depresión y adicciones autodestructivas.
Lograr el equilibrio mental emocional y físico es un compromiso que tiene el ser humano con sí mismo. Para corroborar la importancia de un entorno sano y natural en el desarrollo mental de la gente, basta observar la notable felicidad en el rostro de las mismas cuando están en contacto con la naturaleza, el vínculo que se crea cuando están en contacto cambian positivamente al ser.
Los profesionales en la materia tienen la tarea de implementar mecanismos que eviten contaminar el pensamiento de las personas, que contrarresten aquellas ideas de explotación y degradación de su hábitat. Purificar el ambiente es un difícil camino, pero, si todos comenzaran a tomar decisiones conscientes, otro seria el presente y el futuro comenzaría a vislumbrarse más favorable.
Punto ambiental: Hay que tomar actitudes responsables hacia la conservación.