Un gobierno para la vida: Biocracia

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En el siglo XXI debe predicarse el progreso del hombre en el sentido humano, la solidaridad, la unión, la integridad, la tolerancia y la preservación de la biodiversidad. Así lo señalan los estudiosos de la vida social en el mundo debido a que los problemas

que hoy enfrenta la humanidad se deben, principalmente, a la carencia de humanidad, conocimiento y ánimo de relacionarse con sus semejantes y su entorno.

El rescate de los compromisos, el respeto de los derechos y las obligaciones son claves en la armónica convivencia humana donde la política juega un papel crucial, ya que en ella, recae la labor de la conciliación entre todos los que creen tener la razón. Pero, más allá, esta la concepción del Estado, al que el ser humano le ha otorgado el mando para que gestione lo necesario y le otorgue a su gente, a su pueblo, una vida digna. Y, siendo que no todo es únicamente la acción del hombre con el hombre y sus acuerdos para vivir en paz, las demás criaturas de la Tierra también tienen su lugar en cada arreglo humano y deben ser tomados en cuenta a través de un sistema que les otorgue un lugar decente para vivir.

Entender que todas las especies forman parte de la comunidad humana es lo que persigue la Biocracia, un concepto que se desprende del griego bios, vida y kratos, autoridad. Esto es, un gobierno para la vida que armonice las leyes de las personas con las de la naturaleza protegiendo los derechos humanos y su igualdad, la economía social y el hábitat. Es la política humana, la política de la vida que pretende devolverle al hombre parte del poder y la dignidad que merece.

En los pueblos, la Biocracia se presenta como la opción para: lograr una legislación adecuada que proteja al medio ambiente de las atroces maniobras de las industrias de los países poderosos; para una mayor divulgación de los estudios y resultados científicos sobre temas ambientales que orienten en la toma de decisiones; para la verdadera igualdad de los derechos humanos; para un desarrollo en el Estado y los municipios donde no predomine el centralismo y; para un federalismo respetuoso apegado al derecho, entre otros.

Por lo anterior, se busca que sea un nuevo proyecto de nación donde el progreso sea sustentable y se convierta en la base de un Plan Nacional e Internacional de Desarrollo, uno global. Pero, para que este ambicioso plan tenga eco es necesaria la voluntad de quienes tienen el poder de cambiar desde el fondo sus estructuras de gobierno y sus leyes, que se responsabilicen fielmente de sus acciones para la vida en el territorio que le toca.

Ahora que la política y sus representantes gozan del desprecio popular es más importante la participación de la ciudadanía porque sin su colaboración terminaran por adoptar las políticas que otros han establecido. Y porque sobre la vida hay que elegir quien es más apropiado para mejorar el destino de la gente sin anteponer ideologías partidistas ni compromisos monetarios con quienes pagan las campañas, la Biocracia le apuesta a que este panorama cambie y que cada sufragio cuente en la votación por la vida. Las actuales formas de elección que no favorecen a los grupos minoritarios o menos poderosos si son las que más los perjudican, por eso, hay que pensar qué futuro se desea y en manos de quien estará el hogar de todas las especies.

Punto ambiental: Sea parte de una democracia ecolóThis email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

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