Los sonidos que capturan nuestros oídos y que siempre están acompañando las actividades que realizamos son una forma de aprendizaje sobre lo que nos rodea. Con el tiempo, los sonidos que envuelven al ser humano, proveniente de las acciones de sus semejantes o de la naturaleza, son causa de perturbación en el hábitat y pueden ocasionar graves desordenes en la salud física y mental de las personas.
Al ruido exacerbado en una zona es llamado contaminación acústica y el 12 de junio es el día mundial de la lucha contra esta forma de dañar nuestro ambiente. Los niveles de presión sonoros se expresan en decibelios (db) y la unión de estos eleva sonidos que dañan el bienestar la salud y el ambiente.
Los causantes de ruido en el ambiente urbano son el tren, el tráfico, los aviones, la industria, el recreo, las obras y servicios públicos. Miles de familias que tienen que convivir con los estridentes sonidos que existen en su entorno sufren de estrés, afectaciones en el aparato digestivo, conflictos mentales, alteraciones de ritmo cardiaco, hipertensión arterial, aumento de secreción de adrenalina, actitudes agresivas, bajo rendimiento, poca concentración y excitabilidad vascular entre otras.
Los expertos han manifestado que la mejor manera de solucionar los problemas que causa la contaminación acústica es con un estudio de niveles acústicos aplicado a la planificación de zonas urbanas, pero eso, dicen, cuesta mucho dinero, sin embargo, en las manos de cada uno está el cambiar el panorama. En casa, puede evitar generar fuertes ruidos cuando realiza alguna compostura y encontrar el mejor horario para no molestar a los que están cerca, también, cuando maneje su vehículo, trate de no utilizar el claxon y no generar estruendo con el motor al arrancar y/o acelerar, en la oficina, puede colocar paneles que amortigüen las vibraciones y, buscar la manera de que los responsables del lugar tomen conciencia y eviten que sus trabajadores se expongan tiempos prolongados a fuertes ruidos y cuidar sus oídos con aparatos u objetos especiales.
Recordemos que somos parte de un mismo hábitat donde conviven diversas formas de vida y todas, a su vez, están relacionadas, se afectan mutuamente. Cuando una de las partes es alterado, todo a su alrededor experimenta cambios que, al no ser parte de los procesos naturales, son altamente perjudiciales. El ruido ambiental es un problema que enfrentan las grandes ciudades.