Para reducir la contaminación en los efluentes por colorantes textiles, compuestos difíciles de eliminar en las plantas de tratamiento convencionales, algunos altamente resistentes a la degradación microbiana, Alejandro Escobedo Morales y María de Lourdes Ruiz
Peralta, investigadores de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) de la UAP, desarrollaron nanoestructuras basadas en óxido de zinc (ZnO), capaces de degradar estas sustancias nocivas, aprovechando sus propiedades fotocatalíticas.
Los nanomateriales obtenidos han sido probados en la degradación de los colorantes rodamina B y 6G, así como en azul de metileno. En pruebas estándar, empleando dosis de 500 mg L-1, los resultados mostraron en todos los casos una eficiencia superior al 95 por ciento. Si bien la eliminación del contaminante es el objetivo, “la idea es degradarlo en sustancias que no sean más nocivas que el contaminante mismo, esto es, lograr su total mineralización”, señaló Escobedo Morales, doctor en Ciencias de Materiales, por el Instituto de Física de la UAP.
El 70 por ciento del contaminante es posible degradarlo en menos de una hora. Con la finalidad de incrementar la eficiencia en la degradación, sin incrementar la dosis empleada o la potencia de irradiación, las nanoestructuras obtenidas de óxido de zinc han sido modificadas, confiriéndoles una naturaleza porosa, mediante el control de su morfología (hábito) o impregnándolas de nanopartículas de oro (Au) y paladio (Pd).
Estas estrategias tienen por objetivo incrementar el área superficial, exponer planos cristalográficos de mayor actividad catalítica y retrasar la recombinación de los portadores de carga fotogenerados, respectivamente. Las nanoestructuras impregnadas con nanopartículas metálicas mostraron eficiencias superiores al dióxido de titanio Degussa P25, material empleado por excelencia como fotocatalizador.