La presencia de los halos solares, como el ocurrido en Mérida, podría haber representado para los mayas un indicador de la proximidad de lluvias, además de ocurrir muy cerca a la ubicación del Sol en el cenit, explicó el astrónomo Eddie Salazar Gamboa.
En entrevista, resaltó que aunque “no es una regla”, la aparición de los halos solares siempre se da en días cercanos al Sol en el cenit, es decir, la ubicación del astro rey en la parte más perpendicular de la bóveda celeste, razón por la cual edificios o personas en posición vertical no proyectan sombra.
Desde el punto de vista atmosférico, dijo, esto significa que la atmósfera está muy cargada, es decir, las gotas de agua se convierten en cristales de hielo que refractan la luz.
Indicó que aun cuando no es una regla, entre 80 a 90 por ciento de las ocasiones que se presenta el fenómeno del Sol en el cenit se puede apreciar un halo solar.
“Lo que sí es seguro, es que cuando uno ve este halo habrán de pasar entre tres a cuatro días y veremos llover, es como una especie de arcoíris y que seguro conocían los mayas, era un referente de que pronto vendrían las lluvias”, mencionó .
Se piensa que tenía mucho simbolismo, el Sol en el cenit, junto con el halo solar, es también un indicador de que faltan 28 días del solsticio de verano, el cual se registra cada 21 de junio, destacó el también investigador yucateco.
Refirió que en la víspera el Sol en el cenit, que produce la ausencia de sombra, se registró en Uxmal y las urbes de la llamada Ruta Puuc -al sur de Yucatán-, así como en Oxkintok -al poniente-.
Hoy, el fenómeno acontecerá en Chichén Itzá -al oriente de Yucatán-, en tanto para mañana se reportará en Acanceh y Aké -en la zona centro del estado-, así como Dzibilchaltún -al norte- y Mérida.
Ambos fenómenos, continuó, también eran referentes de que el 11 de julio deberán realizar su ceremonia del fuego nuevo, en tanto entre el 18 y 20 de julio de nuevo se puede apreciar el fenómeno del Sol en el cenit.