El fondo de los rellenos sanitarios

ciencia

Hasta el 2005 el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática(INEGI) censó 95 rellenos sanitarios en el país y de estos solo 13 cumplían parcialmente con las normas ambientales.

Hoy en día, los rellenos existentes son insuficientes y la búsqueda de nuevos espacios es una constante para las autoridades pero no es tan sencillo, para hacer de un lugar un relleno sanitario se deben tomar en cuenta ciertas características como: que el sitio deba ser de fácil y rápido acceso para los camiones que recolectan los residuos; tener condiciones que protejan los recursos naturales; que pueda servir por más de 10 años; que no represente una molestia para los vecinos de la zona; que tenga una topografía que permita un mayor volumen aprovechable por hectárea; que se encuentre la tierra necesaria para cubrir los desechos y; que este en regla la tenencia de la tierra.

De contar con un lugar para construir un relleno, hay dos métodos básicos para hacerlo: el de Trinchera y el de Área. El primero se recomienda en regiones planas donde se hace  una zanja de dos a tres metros de profundidad y se coloca la tierra extraída a un lado para utilizarla después como la tapa de la basura, debiendo ser de más de 30 cm de grosor. Además, debe cuidar con estudios y materiales diversos que los residuos no lleguen a contaminar el subsuelo, por ello, es recomendable que se haga a 1 metro de las capas acuíferas subterráneas y se usen productos impermeabilizantes en el fondo. El segundo, puede ser utilizado en zonas donde la basura puede dejarse en el  suelo original sin tener que hacer excavaciones, elevando el nivel algunos metros y teniendo a disposición materiales recomendados para cubrir la basura. Este sirve para rellenar depresiones naturales o canteras abandonadas.

Cabe señalar que el terreno donde se construye un relleno debe ser dividido en celdas, que son secciones en las que se coloca una capa de basura de dos metros de espesor y se cubre con 20 o 25 cm de tierra (50% de arena y 50% de arcilla), hasta que una celda se llena se continúa con otra. Además, entre celda y celda debe haber una separación de 15 cm para que cuando sean saturadas se les cubra totalmente con una capa superficial de tierra de por lo menos 60 cm de grosor, dejando la posibilidad de sembrar pasto o darle utilidad a esa superficie. Por otro lado, los rellenos deben contar con tubos o respiraderos para dejar escapar los gases que se generan por la descomposición de la basura. Los rellenos tienen una vida útil que no va más allá de 10 o 15 años.

Hay especialistas que consideran que los rellenos deben desaparecer para abrir paso a centros integrales de residuos sólidos urbanos y plantas de reciclaje. Pero, la falta de una cultura de un reutilizamiento de la basura que inicia con la separación apropiada de la misma sigue acrecentando la perdida de los suelos.

Punto ambiental: no a la generación de basura, si a su transformación.

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