Con el objetivo de evitar necrosis y dolor derivado de las inyecciones en los animales, especialistas de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM, desarrollaron un emulgel de ivermectina para usarlo en tratamientos antiparasitarios.
El científico David Quintanar Guerrero aseguró en un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que la efectividad del emulgel es casi igual a la administración del fármaco ivermectina por vía intravenosa.
El nuevo producto tiene propiedades bioadhesivas y puede ir en un sistema de aplicación directa como un tubo, pomada, aplicadores de gel o en un parche transdérmico, sin embargo, aún está en proceso de patente nacional.
Además, la estabilidad química y física del producto ya se probó, por lo que se confirmó que no se degrada ni requiere condiciones especiales de almacenamiento.
La idea para el desarrollo de este producto surgió luego de que Quintanar Guerrero acudió junto con su equipo de colaboradores a ver cómo desparasitaban animales y se percató que estos sentían mucho dolor después de la inyección.
“Me llamó la atención que los inyectaban y salían corriendo. Estaba seguro que con el piquete se provocaba necrosis; evidentemente había un efecto muy negativo para ellos”, indicó el también farmacéutico especializado en el campo humano.
Ante tal situación, los científicos se dieron cuenta que la piel, sobre todo de algunas especies como bovinos y perros, tiene una capacidad de absorción importante con mucho folículo piloso que puede ser vía de administración de fármacos.
“Así que comenzamos un proyecto para aplicar la ivermectina (antiparasitario de amplio espectro) contra la mayoría de los parásitos por vía transdérmica. Desarrollamos un sistema en emulsión, buscamos un solvente que fuera bien tolerado, un vehículo acuoso, un sistema adhesivo para que se pegara a la piel y otro que permitiera formar emulsiones muy finas, así como un promotor de la absorción”, detalló.
En los resultados de los estudios se comprobó que el número de huevecillos que afectaban a los animales infestados habían desaparecido en su totalidad desde el primer día.
Luego se bajó de forma gradual la dosis. “Encontramos que tenemos porciones terapéuticas casi al mismo nivel que si aplicáramos vía intravenosa. El efecto es impresionante”, dijo.
De igual modo, se realizaron estudios en sangre para cuantificar la ivermectina que se absorbe y pasa a la circulación, lo que produce un efecto farmacológico general.
Las ventajas del desarrollo es que en animales domésticos se puede aplicar el gel o un parche en el lomo, donde no lo puedan retirar, y así comenzar el proceso de absorción.
Ahora se realizan las curvas de farmacocinética para hacer una cuantificación total y precisar la cantidad de ivermectina que se absorbe en el animal, aunque se estima que más de 50 por ciento de la sustancia se introduce de forma correcta.
Quintanar Guerrero explicó que el emulgel contiene un aceite que se emulsifica (es decir, se mezcla con un compuesto que no es aceite) y un agente bioadhesivo que al ser colocado en las patas del animal, por ejemplo, impide que suban los parásitos presentes en el suelo; además, tiene agua y un agente promotor de absorción.
Añadió que su obtención es sencilla ya que se adquiere una fase en agua, luego se disuelve el polímero bioadhesivo, se agrega el aceite y se mezcla con un agitador mecánico hasta obtener el producto, además, puede ser adaptado a cualquier industria y no necesita equipo especial.
El parche, de una sola lámina y con un sistema adhesivo, sí tendría un valor adicional respecto a aplicarlo “en serie” o “en línea” con una pistola para el caso de los bovinos, aclaró el científico.
La siguiente fase de la investigación, financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (Papiit) y las cátedras de investigación internas de la FES Cuautitlán, consistirá en buscar acercamiento con una empresa interesada y la comercialización del producto con ayuda de la Coordinación de Investigación y Desarrollo.
De igual forma, ya se prueban otros antiparasitarios no sólo por los requerimientos de estos fármacos y su forma de aplicación, sino por la frecuencia con que se utilizan.