El Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio), ubicado en Irapuato, Guanajuato, exhibe “El Hombre Temprano en México” en el que se representa la diversidad más antigua de los primeros pobladores de
México.
Karla Sandoval, miembro del Laboratorio que pertenece al Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), compartió con Notimex el trabajo en conjunto que la dependencia realizó con Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para el montaje de los siete cráneos humanos que conforman la muestra.
Las piezas tienen una antigüedad que va de los 2 mil 200 hasta los 12 mil 700 años, descubiertas entre los años 1947 y 1984 y acogidas para su exhibición hasta el 15 de octubre del año en curso.
El Langebio del Cinvestav ofrece la posibilidad de trabajar de manera limpia y sin riesgo de contaminación con los restos antiguos, debido a que cuentan con un “cuarto limpio”, donde se tienen todas las condiciones para la búsqueda y extracción del ADN endógeno.
“Nosotros contamos con el único laboratorio con los requerimientos en México, controles de presión positiva, que van de adentro hacia afuera, evita que el aire externo se meta, por lo cual se mantiene un aire muy puro, trabajamos como si fuera un quirófano, no entra nada del exterior”, señaló Sandoval en entrevista.
El ADN endógeno es la muestra más pura que puede hallarse en los restos, sin embargo, se corre el riesgo de contaminación cuando éstos son descubiertos en las excavaciones, por lo que el Langebio ya se ha asociado con el INAH, para que sus arqueólogos y antropólogos, sepan cómo proceder en el manejo de esos “pedazos de historia”.
Sandoval explicó que tras la extracción de ADN endógeno ellos pueden “amplificarlo, es decir, generar varias copias de esa molécula que se recuperó, luego debemos ver qué tipo de herramienta genómica podemos hacer, ya sea secuenciación de ese genoma, o sólo de un parte, hay gran batería de posibilidades de lo que podemos hacer según la muestra”.
Mediante el estudio a profundidad de los vestigios, se puede obtener nueva información del genoma de cada pieza y así caminar hacia una nueva era de información sobre el pasado de las poblaciones del continente e incluso hacia la reconstrucción de la historia humana.
Sandoval manifestó que el Langebio desea realizar los estudios paleogenómicos con los restos de la muestra itinerante, con esto, ellos podrían llegar una resolución más fina de la variabilidad genética de los primeros pobladores de América.
“Es un excelente momento social, para formar una identidad antigua, para reforzarse como individuo y como sociedad, también para valorar a las poblaciones indígenas, tan marginas actualmente, ellos son los primeros pobladores, son los portadores de nuestra historia, de nuestra identidad”, comentó la doctora Sandoval.
Explicó que en el Cinvestav no sólo se trabaja con restos humanos, también se hace lo propio con estratos arqueológicos, asentamientos humanos, y se hacen estudios de paleogenéticos con polen o maíz.
Otro proyecto alterno que tiene el centro, es justamente sobre reconstruir la genética del maíz antiguo, para comprarlo con el actual, para ver cómo ha sido la evolución del principal alimento en la región latinoamericana.
La muestra del INAH inició su recorrido por el país en septiembre de 2002 y estará hasta el 15 de octubre de 2015 en el área de difusión de Langebio del Cinvestav, la entrada es libre y se ofrecen visitas guiadas y talleres de vida fósil para estudiantes.