Científicos de Europa y Rusia están preparando una misión espacial sorprendente: Quieren explorar la cara oculta de la Luna en busca de agua.
El proyecto todavía se encuentra en las primeras etapas, pero ya se sabe que la misión
se llamará "Luna-27" y que está prevista para el año 2020.
La idea es enviar una sonda (una nave no tripulada) que aterrice en la región polar sur de la Luna, una zona hasta ahora inexplorada. Como ahí no llega el Sol, las temperaturas son heladas y llegan a 185 grados bajo cero.
La sonda intentará determinar la existencia de hielo y agua. Más adelante, el objetivo es enviar nuevamente astronautas al satélite natural de la Tierra, como ya fue el caso en 1969.
Pero con la diferencia de que ahora se piensa en construir una base permanente en la Luna. Esto, sin embargo, sólo será posible si hay agua allí.
El proyecto lo llevan a cabo la Agencia Espacial Europea (ESA) y la agencia espacial rusa, Roscosmos.
La agencia espacial de Estados Unidos (NASA) anunció en 2009 que había encontrado agua en la Luna, después de que un cometa chocara contra un cráter cerca del polo sur. Pero del origen de esa agua congelada se sabe muy poco.