La concentración de arsénico y fluoruro en el acuífero Lerma-Chapala se duplicó en los últimos 14 años, de acuerdo con un estudio realizado este año por el Centro de Geociencias (CGeo) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y una
condición semejante de contaminación ya se encuentra en proceso en aguas subterráneas de seis estados más: Querétaro, San Luis Potosí, Aguascalientes, Zacatecas, Durango y Sinaloa.
“Todos presentan la misma problemática y tiende a agudizarse”, asegura el investigador Marcos Adrián Ortega, responsable del Laboratorio Móvil de Rastreo de Contaminantes en el Subsuelo del CGeo, quien ha monitoreado la cuenca señalada desde 1998.
Ortega Guerrero detalla que las concentraciones de fluoruro y arsénico encontradas hasta 2001 en más de 250 pozos de esa cuenca cubrían 500 kilómetros cuadrados y presentaban concentraciones de hasta 10 veces por encima de los límites tolerables para el consumo humano, determinados por la Norma 127 de la Secretaría de Salud en 1.5 miligramos por litro (m/l).
“Actualmente tomamos muestras adicionales, y el área se incrementa a 800 kilómetros cuadrados, las concentraciones se duplican en algunos sitios, y en cuanto al arsénico, que es cancerígeno, sobrepasa la norma 20 o 30 veces”.
CUENCA DE LA INDEPENDENCIA
El CGeo-Juriquilla ha documentado cómo el arsénico y el fluoruro en grandes volúmenes provienen de las aguas más profundas debido a la sobreexplotación. La edad del agua en el vasto sector estudiado dentro de la cuenca Lerma-Chapala fue estimada de entre 10 y 35 mil años, después de ser examinadas en México y Canadá. Esto indicaría que el agua más joven ha sido ya consumida.
La zona donde se halla la mancha en expansión de pozos contaminados se ubica en lo que Conagua clasifica como los acuíferos del río La Laja y Laguna Seca, y que tanto los académicos como la población de esa región han denominado “cuenca de la Independencia”.
7 ESTADOS SALADOS
Ya al inicio de esta década, Conagua fue evaluada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en materia de calidad del agua, con dictamen “negativo” tanto en aguas subterráneas como superficiales. Las primeras presentaban saturación de sal, y 61% de las segundas contenía materia fecal y otros contaminantes.
Cabe aclarar que “de las aguas subterráneas proviene 75% del abastecimiento a las ciudades de México”. De acuerdo con estimaciones de 2011 de la autoridad hídrica federal, el uso de esta agua proveniente de los acuíferos se dividía entonces en agrícola (71%), público-urbano (20%), industrial (6%) y para uso doméstico y de abrevadero (3%).
La Auditoría de Desempeño practicada en 2011 por parte de la ASF a Conagua, encontró 16 acuíferos, en siete estados, con agua salobre y salina por encima de los límites tolerables para el consumo humano.
Se trata de los acuíferos Oriente Aguanaval- Nazas y Villa de Juárez (Durango), Cedros (Zacatecas), Cedral-Metehuala y Matehuala Huizache (San Luis Potosí), Vicente Guerrero, Santo Domingo, La Paz, Los Planes y San Rafael (Baja California), Costa de Hermosillo, Caborca, Valle de Guaymas y Sonoyta?Puerto Peñasco (Sonora); Cuautitlán?Pachuca (Edomex-Hidalgo).