Los monos aulladores son uno de los primates más grandes y corpulentos del Nuevo Mundo; miden entre 56 y 92 cm de longitud, sin incluir la cola, y su peso oscila entre cuatro y 10 kg.
Viven en las regiones de selva tropical de Centroamérica y Sudamérica, pero algunos se encuentran en México, en cautiverio (zoológicos, bosques, manglares y en laboratorios o casas para su estudio o para satisfacer algún deseo exótico).
Se le reconoce de inmediato por su aspecto del que destaca su pelaje, el cual es áspero, espeso y cubre todo el cuerpo, excepto la zona terminal de la cola, que es utilizada como un órgano prensil y el área desprovista de pelo ayuda al animal a agarrarse mejor a las ramas de los árboles.
La coloración del pelo varía según los individuos y con la edad, pero en general es amarillenta, pardo rojiza o negra.
El mono aullador también se distingue por el sonido que produce gracias a sus potentes cuerdas vocales; los aullidos cumplen funciones de comunicación, y muchas veces los machos lo hacen para defender su territorio.
Los machos suelen vocalizar al amanecer y al atardecer, y dichos sonidos son contestados por otros machos que alcanzar a escuchar. Las vocalizaciones tienen un alcance de hasta 4.8 kilómetros a la redonda e indican que un terreno ya está dominado por un grupo o por algún miembro de su especie.
Se alimenta de hojas tiernas y frutos, aunque a veces incorpora a su dieta raíces, flores e insectos.
Su comportamiento es muy dócil, juguetón, travieso y cariñoso pero también suele tornarse huraño, agresivo y grosero.
Recientemente una investigación realizada por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), destacó que las condiciones en su hábitat provoca que se modifique el número de especies en diferentes categorías de sexo y edad, y limita su comportamiento social.
La investigación la encabezó el doctor Pedro Dias, de la Universidad Veracruzana (UV), quien señaló “Nuestra intención es seguir investigando las interacciones entre su comportamiento, reproducción, sobrevivencia y atributos del hábitat, y así aportar recomendaciones útiles para la conservación de estos animales”.
Al contrario de otras especies de primates más conocidas, como los chimpancés o los monos capuchinos, que con frecuencia se acicalan, juegan o se agreden, los monos aulladores están gran parte del día inactivos como parte de una estrategia de ahorro energético vinculada a su dieta y aparato digestivo.
Por esta razón, muchas veces son considerados “aburridos”; sin embargo su comportamiento social lo ubica como una de las especies más amigables y sublimes de la naturaleza.