Es radioastronomía una ciencia joven

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La radioastronomía es una ciencia relativamente joven que no rebasa los 85 años. Esta rama de la astronomía que estudia los cuerpos celestes y fenómenos astrofísicos a través de las ondas de radio, va a la par del desarrollo de la tecnología, informó José Antonio

García Barreto, doctor en física por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, de Estados Unidos.

Algunos descubrimientos de la radioastronomía, detalló, son la radiación de fondo descubierta en 1965, las fuentes superlumínicas y las radiogalaxias y la formación de estrellas.

“México ha jugado un papel importante en el desarrollo y estudio de lo que se llama en general la formación estelar”, indicó el investigador del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Para detectar las ondas de radio -un tipo de radiación electromagnética que tiene una longitud de onda mayor que la luz visible- se requiere un radiotelescopio, instrumento que ayudan a estudiar el Universo no visible.

“Para estudios profesionales se requiere que sea una parábola con una superficie reflectora de radiación, eso quiere decir que tiene que ser un espejo de aluminio o de fierro, de tal manera que pueda reflejar las ondas electromagnéticas y se utilizan parábolas para que capten mucha radiación y la mande a un foco en donde se suman las diferentes fotones que nos llegan y podamos entonces estudiar con la ayuda de la computadora las intensidades de los diferentes objetos que emiten en ondas de radio”, explicó el doctor García Barreto, para quien una de sus líneas de investigación son las propiedades observacionales de galaxias de disco con barra estelar.

Al término de la conferencia “Historia de la radioastronomía” que se realizó en la Casita de las Ciencias de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, el especialista aclaró que mucho de lo que estudia la radioastronomía no es visible.

“Por ejemplo, el gas hidrógeno atómico cuando está muy frío, en su nivel base, no se puede detectar en luz visible, solamente cuando está muy caliente, y la mayoría de las moléculas están a una baja temperatura y emiten ondas de radio, no emiten luz en el visible. Hay como 430 moléculas que se pueden estudiar a través de la radioastronomía”, comentó el doctor García en entrevista para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

Agregó que poco a poco, México se ha consolidado en la radioastronomía, y una muestra es el radiotelescopio del Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano, ubicado en el estado de Puebla, así como el Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM (sede en Morelia, Michoacán), el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, y las Universidades de Guanajuato y Guadalajara.

Acerca del IRyA

El Instituto de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA) de la UNAM es una institución de excelencia académica a nivel nacional e internacional, que crea conocimiento astronómico de frontera. De acuerdo con la Academia Mexicana de las Ciencias, es el Centro en Ciencias Físicas de todo México con mayor impacto a nivel internacional.

En su página oficial, se indica que el IRyA juega un papel muy importante en el desarrollo de la astronomía en México, puesto que su personal enfatiza el enfoque multifrecuencia que caracteriza a la astronomía moderna, junto con la colaboración vigorosa de astrónomos observacionales y teóricos. El enfoque multifrecuencia radica en observar al Universo ya no solo en la luz visible, sino en todas las bandas del espectro electromagnético, como las ondas de radio, la radiación infrarroja, y los rayos X.

Existen astros y fenómenos de gran interés que son "invisibles" aún a los mejores telescopios ópticos y que han sido descubiertos y estudiados en otras bandas. A este tipo de observaciones de multifrecuencia se le aúna el trabajo interpretativo de los astrónomos teóricos.

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