Las vacunas genéticas, son una propuesta alternativa al método más común de vacunación. En México, este método ha sido propuesto por un grupo
interdisciplinario de científicos donde participa la doctora Leticia Cedillo Barrón del Centro de Estudios Avanzados (CINVESTAV), para crear una posible vacuna que combata el Dengue.
El mecanismo de vacunación genética consiste en inducir una respuesta inmune que proteja al huésped, vacunándolo con su material genético (RNA), es decir, tomamos un vector del RNA del virus y lo pasamos a una cadena de ADN que al introducirlo a la célula el RNA del virus se replica y se sintetiza, se libera en el cuerpo y el sistema inmune al desconocerlo produce anticuerpos. De este modo cuando llega el virus el sistema inmune lo reconoce y tiene ya cómo combatirlo, explicó la doctora en ciencias inmunológicas.
Los resultados de la investigación lanzados en 2008 fueron reconocidos con el premio “Dr. Jorge Rosenkranz”, que convoca el Grupo Roche y cual fue frenado por falta de recursos. No obstante, el método constituye una forma innovadora de abordar el problema pues los métodos comunes de vacunación no han podido crear una vacuna efectiva contra el dengue aún.
“Este proyecto solo se probó en ratones y se quedó en la parte experimental. La razón de por qué el proyecto no continuó fue porque el modelo animal para dengue son los monos, no los ratones y México no tiene monos de experimentación. Hay otros países que lo tienen pero es costoso rentarlos”, dijo entrevista para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
De modo que lo innovador se encuentra en que “En vez de inocular a un organismo vacunábamos con el genoma del virus e inducíamos una respuesta de anticuerpos”, dijo la investigadora de biomedicina molecular.
La doctora puntualizó que las dos principales razones asociadas a la poca investigación y producción de vacunas nacionales se deben a la falta de inversión en investigación e infraestructura.
Por qué aún no hay una vacuna contra el dengue
La razón tiene que ver con los 4 serotipos diferentes, es decir, cada uno de los virus tiene diferente estructura molecular en su superficie por lo que resultan difícil de reconocer para nuestro sistema inmune (aquél equipo celular que nos defiende de las enfermedades).
“Una vacuna elaborada de forma tradicional contra un serotipo funciona solo contra un tipo pero te deja vulnerable para enfrentar a los otros tres. Pero esto no es lo más grave, sino que las células blanco tienen en su superficie receptores semejantes al del virus (algo así como la llave en una cerradura, ambos se acoplan) lo que facilitan la entrada del virus al interior de la célula haciendo que el virus se replique de forma veloz e invada el cuerpo. Este mecanismo de infección está asociado a las formas más graves de dengue como el hemorrágico”, dijo.
Hace más de 200 años, apareció la primera vacuna contra la viruela creada por Jenner quien tomo un virus atenuado (sin la misma capacidad de infectar) de las vacas y lo inyectó en las personas para que su cuerpo lo identificara y desarrollara anticuerpos para combatir la enfermedad una vez que apareciera.
El mismo método fue usado por Luis Pasteur para crear la vacuna contra la rabia el día de hoy hace 133 años. Y hasta ahora, este método es el más común para producir vacunas, sin embargo hay virus que tienen altas tasas de mutación y constantemente están burlando la seguridad de las vacunas por lo que los científicos han tenido que imaginar nuevas formas de vacunación.
Pie de foto: Hay virus que tienen altas tasas de mutación y constantemente están burlando la seguridad de las vacunas por lo que los científicos han tenido que imaginar nuevas formas de vacunación. Foto: Mariana Dolores.