Colima, Colima. 17 de octubre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Cuando en 1986 ocurrió la catástrofe de Chernobyl en la entonces Unión Soviética (hoy
territorio de Ucrania), Oxana Dobrovinskaya había concluido sus estudios en la Facultad de Biología de la Universidad Estatal de Moscú con especialidad en biología celular, y se encontraba asignada al Departamento de Radiobiología del Instituto de Biofísica de la Academia de Ciencias de la URSS.
Ese departamento, que se dedicaba a los estudios de los mecanismos de los efectos biológicos de la radiación en diferentes especies de seres vivos, y en particular en los humanos, a partir de esta fecha trágica empezó a investigar las consecuencias del accidente en Chernobyl. Así se interesó Oxana Dobrovinskaya en el estudio de los mecanismos del daño que produce la radiación en el sistema inmune.
El tema de su tesis de doctorado, defendida en 1993, fue el efecto de la radiación en timocitos, que son los linfocitos T en diferentes etapas de su maduración, y se gestó su inclinación por el estudio de la leucemia. Posteriormente realizó estancias académicas en las universidades de Würzburg (laboratorio del doctor Rapp) y de Tübingen (laboratorio del doctor F. Lang) en Alemania, donde estuvo trabajando en los proyectos de estudios de biología de células leucémicas.
Desde su llegada a México, en 1996, se incorporó al Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas (CUIB) de la Universidad de Colima, donde fundó su propio laboratorio de inmunobiología. En paralelo, organizó el laboratorio de cultivo de células de uso común, indispensable para realizar los proyectos de investigación en varios laboratorios del CUIB.
Los estudios que actualmente se llevan a cabo en su laboratorio en el CUIB se enfocan en investigación de la red de señalización, el papel de transporte iónico y señalización por calcio en los linfocitos T sanos y leucemias linfoblásticas agudas tipo T, un tipo de leucemia del sistema hematopoyético muy agresiva, con un
pronóstico desfavorable y con tasa de supervivencia baja. Como resultado de estos estudios, se pretende encontrar nuevos blancos terapéuticos y proponer novedosas estrategias de tratamiento.
Para realizar estos estudios, integró un grupo multidisciplinario, con participación de los profesores y alumnos de la Universidad de Colima e investigadores de otras instituciones, y cuenta con el apoyo de los laboratorios nacionales, tales como: Lanca (Laboratorio Nacional de Canalopatías), Lanma (Laboratorio Nacional de Microscopía Avanzada), Labnalcit (Laboratorio Nacional de Citometría de Flujo). Además tiene una colaboración con el Instituto Estatal de Cancerología, que representa, junto con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el mecanismo de transferencia de los resultados de investigación científica al sector salud.
“Hasta la fecha, logramos demostrar que el patrón de expresión de canales iónicos y otros componentes de la red que contribuyen en la modulación de la señal de calcio es diferente en leucemias de linaje T, en comparación con linfocitos sanos. Con base en estos estudios, buscamos las estrategias farmacológicas que pueden intervenir con esta red de señalización y detener la progresión del tumor”, comenta Dobrovinskaya.
De multidisciplinas
De formación multidisciplinaria, la académica ha tenido como primer interés el estudio de los padecimientos oncológicos del sistema inmunológico. Su meta, dice, no es solamente generar nuevos conocimientos, sino que “siempre esperamos que se encuentre una aplicación para que resulte positivo para los pacientes oncológicos, que son la razón de ser”. A su juicio, esto es un reto no tan fácil porque requiere esfuerzos de diferentes grupos de investigación, junto con la Sociedad Mexicana de Inmunología.
Ella considera muy importante la incorporación de alumnos en la investigación, donde espera que ellos tengan mucho interés de seguir con estos temas y buscar la aplicación, y formar una nueva generación de científicos mexicanos en el área. Actualmente en el laboratorio trabajan con mucho éxito varios alumnos de doctorado y maestría del Posgrado en Ciencias Fisiológicas. Tanto los profesores como alumnos incorporados en el estudio, presentaron los resultados de su investigación en importantes congresos nacionales e internacionales, tales como congresos de la Sociedad Mexicana de Ciencias Fisiológicas, de la Sociedad Mexicana de Inmunología, de la Sociedad Mexicana de Células Troncales, Gordon Research Conference, entre otros.
Estima que para tener resultados válidos se necesita trabajar más con muestras clínicas y organizar un biobanco de leucemias, que es un proyecto de la comunidad que trabaja el tema de la leucemia. Dentro de su trabajo, la investigadora se ha regido bajo la premisa de mantener la curiosidad en lo nuevo, no enfocarse nada más en su campo, sino tener la vista más general para poderse relacionar.
—¿Usted de qué manera busca esa multidisciplinariedad?
—Al comunicarme con mis colegas, actualizarme, discutir con mis alumnos que son cerebros jóvenes, curiosos.
Un aspecto muy importante a lo largo de la carrera académica de la doctora Dobrovinskaya ha sido dar oportunidad a los jóvenes, porque “creo que lo que no alcancemos a hacer nosotros en nuestra generación, lo van a hacer ellos, entonces es importante que se formen como gente curiosa, responsable, para obtener resultados confiables en sus experimentos, no perder interés y mantenerse también juntos como una comunidad científica que puede producir buenos resultados. Yo los veo no tanto separados, cada quien en su laboratorio, sino como comunidad más abierta”.
“Recientemente, empezamos los estudios de biología de las células iniciadoras de la leucemia, causantes en muchos casos de las recaídas y muerte de los pacientes, con el objetivo de mejorar los tratamientos y disminuir la mortalidad”.
“Sería perfecto resolver este rompecabezas. Tal vez no es tarea para un solo investigador, por eso digo que yo veo más trabajo de redes de investigación. El elemento dinámico principal son nuestros alumnos, con sus estancias en los laboratorios de nuestros colaboradores, pero también estamos abiertos para estancias de nuestros colegas que comparten sus conocimientos”.
Oxana Dobrovinskaya, quien pertenece al nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y ha elaborado o participado en la elaboración de alrededor de 50 artículos científicos en revistas internacionales de alto impacto, se encuentra contenta con su labor.
“Me interesa ver resultados de mis alumnos, me emociona ver los resultados de buen nivel y calidad. Ellos no siempre coinciden con las hipótesis que tenemos, pero eso hace las cosas todavía más interesantes. Tenemos que buscar las explicaciones, lo que enriquece nuestros conocimientos y lleva a los nuevos conceptos, que ayudan a entender mejor los mecanismos empleados por las células leucémicas y con la base de este desarrollar las estrategias terapéuticas para combatir esta enfermedad”, concluye.