Ciudad de México. 12 de enero de 2019.- Detallada y compleja, la ilustración científica es una herramienta
importante para la ciencia, al representar de forma atractiva y clara las complejas estructuras de la naturaleza.
A la par de los avances tecnológicos en fotografía y diseño por computadora, la ilustración científica también evoluciona en sus complementos y procedimientos.
Esta especie de hiperrealismo de la naturaleza ha logrado desarrollar las técnicas tradicionales de la acuarela, carboncillo, al uso de software de simulación 3D.
“La ilustración científica representa un medio para conocer nuestro entorno. Los naturalistas y exploradores la utilizaban para explicar el funcionamiento o la composición de la naturaleza”, explicó el ilustrador científico Carlos Ortega Contreras en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt.
La suma de ciencia y arte es esencial para los que la cultivan desde sus bosquejos. El resultado debe ser un dibujo muy detallado que pretende aportar información científica del organismo ilustrado. Para lograrlo, el ilustrador trabaja en colaboración con el científico.
Explicar sin palabras
Una ilustración científica tiene la capacidad de explicar las cualidades que el científico quiere resaltar en el boceto. Para ello, el ilustrador debe conocer los objetivos de la investigación, así como los aspectos científicos del objeto ilustrado.
Cada dibujo es objetivo y tiene características definidas, sin permitirse salir de los parámetros establecidos.
“No solo es hacer un dibujo, como usualmente piensa la gente, incluso los mismos científicos. En la ilustración debe plasmarse la interpretación de una idea con un propósito definido”, indicó la ilustradora Carmen Gutiérrez Cornejo.
Asimismo, los expertos explicaron que el proceso de la ilustración científica implica más que saber de proporciones, efectos de la luz y forma. La metodología también requiere de una investigación, interpretación, bocetaje y propuesta.
“El dibujo debe ser muy detallado, ya que tiene la finalidad de representar el objeto de estudio de los especialistas. Sin embargo, a veces hay que basarnos únicamente en las descripciones de los científicos, cuando se trata de reconstrucciones históricas. No existen fotografías de ello, la única forma de visualizarlo es a través del dibujo”, comentó Carlos Ortega.
La ilustración en el presente
Los avances tecnológicos y científicos han evolucionado junto con las técnicas de representar la naturaleza. A su vez, la ciencia toma herramientas más avanzadas para apoyarse en su representación.
La fotografía en la ciencia comenzó con la adaptación de lentes en microscopios y telescopios, con la finalidad de conocer mundos invisibles hasta ese momento.
“Los ilustradores luchamos por demostrar que la fotografía, a pesar de ser maravillosa, no puede reemplazar el valor de una ilustración científica. Aunque también la ilustración y la fotografía muchas veces hacen equipo”, apuntó Carmen Gutiérrez.
Además de ser un documento esencial en el área de la historia de la ciencia, la ilustración científica conserva su valor inicial y suma esfuerzos en la educación y divulgación de la ciencia.
“Uno de los principios de la ciencia es la observación, y esta la plasmamos en las tradicionales ilustraciones, que no pueden ser sustituidas con facilidad por cualquier otra técnica. Para ser ilustrador hay que tener mucha pasión y paciencia”, concluyó Carlos Ortega.