La senadora Ana Lilia Rivera Rivera, integrante de la Comisión de Agricultura,
Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, junto con la legisladora Jesusa Rodríguez, ambas de Morena, presentaron esta iniciativa.
Expuso que al declarar al maíz patrimonio intangible, cultural y alimentario, nadie podrá quitar la propiedad intelectual de esa semilla, que tiene más de 2.6 millones de variedades.
A su juicio, con la ratificación del Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se abrió la puerta de varios acuerdos y permiten a trasnacionales obtener el registro de propiedad intelectual sobre las semillas.
“Necesitamos proteger de toda esta posibilidad que se abrió con la ratificación del T-MEC a nuestra semilla madre, porque el Tratado trae consigo la ratificación de varios acuerdos y dentro de esos está uno que se llama Upov 91, que le permite a las trasnacionales obtener el registro de propiedad intelectual sobre todas las semillas, y por supuesto la que más les interesa es la de maíz”, alertó.
Ahora lo que se debe asegurar es que ante la inminente ratificación del T-MEC se defienda ante las instancias internacionales que correspondan que la entrada en vigor no afecte las semillas de maíz.
Explicó que con esas declaraciones en positivo no se tiene que negar incluso a los transgénicos, simplemente se pone límite a la biotecnología de patente, hacia las empresas trasnacionales que anhelan el control del maíz y de otras semillas en México, y "nos estamos previniendo que esto pase con el maíz".
Además, indicó la senadora, también se votara en el Pleno del Senado declarar el 29 de septiembre como el Día Nacional del Maíz en México, pues representa, junto con el oro y el petróleo, uno de los bienes, patrimonio ecológico, cultural y biológico, más importantes que se han compartido con el mundo.
Señaló que la iniciativa de Protección y Fomento del Maíz Nativo Mexicano tiene como primera instancia ser una ley declarativa de derechos humanos, fundamental de los mexicanos, al establecer al maíz como patrimonio intangible cultural de todos los pueblos.
“El maíz es la esencia de nuestra cultura, es nuestra sangre, es nuestros huesos, es una de las grandes aportaciones médicas, es la semilla más sembrada en el planeta, lo que más se consume en el planeta".
Informó que en México, que es país de origen, se abrigan 64 razas, con una diversidad de variedades que, por lo que hasta ahora se ha estudiado, suman más de 2.6 millones.
Todas esas variedades son muy nobles y se han adaptado al clima, a las regiones, a la cultura y representan, nada más y nada menos, 10 mil años de evolución, 350 generaciones de humanos domesticándola, e indudablemente representa "nuestra soberanía alimentaria, eso es lo que queremos proteger”.
Con esta ley se quiere proteger al maíz, no solamente porque es un alimento para humanos y para animales, sino que se extrae alta fructosa (edulcorante/endulzante) y biocombustibles, con lo que se está en desacuerdo. ¿Por qué generar biocombustible de un alimento que puede servir para millones de humanos que mueren de hambre?, cuestionó.
“Nosotros estamos protegiéndolo del control comercial, hay un interés patente desde hace ya muchos años de los grandes monopolios trasnacionales (...), gracias a las leyes que han ido empujando poco a poco los neoliberales en el país, para abrirle paso al registro de patentes, o mejor dicho: derecho de registros intelectuales sobre el control de semilla”, advirtió.
Expuso que uno de los grandes anhelos de esos monopolios es el control del maíz, del que los mexicanos consumen aproximadamente 32 millones de toneladas al año, de las cuales, desgraciadamente, importa de Estados Unidos, de transgénico de mala calidad, hasta 17 millones al año.
La senadora de Tlaxcala puntualizó que esta iniciativa también va orientada a que se proteja la alimentación de los mexicanos, al exigir que el maíz que se distribuye sea de calidad, de preferencia que no sea transgénico, porque eso provoca mala alimentación y daños a la salud.
Resaltó que un ejemplo de ello es que al consumir maíz de mala calidad se ha producido más obesidad y diabetes.
“No podemos seguir distribuyendo maíz transgénico a través de los monopolios de las torilladoras comerciales que están dándole de comer a los mexicanos maíz que en Estados Unidos se produce para la engorda del ganado y que ha producido estas dos epidemias de que somos ejemplo mundial: la diabetes y la obesidad.
"Y en México hay una obesidad con desnutrición por el maíz de mala calidad que estamos comiendo”, agregó.
Reiteró que declarar patrimonio alimentario viene a complementar el derecho a una alimentación sana y mejorara la producción de maíz.
También obliga al Estado a cuidar que el consumo humano del maíz en México no sea transgénico, a proteger el almacenamiento y la distribución para consumo, a proteger las especies nativas ante contaminación por transgénicos y tener cuidado con el desarrollo de la biotecnología en el mundo.