Científicos mexicanos descubrieron una nueva especia marina
en la cueva El Aerolito, en la isla de Cozumel, en el Caribe mexicano, informó hoy la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La institución universitaria explicó en un comunicado que el descubrimiento fue hecho tras años de investigación por miembros del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML).
La UNAM detalló que "probablemente" los ancestros del ofiuro, grupo de animales marinos de la familia de los equinodermos, es decir, con púas, enviaron sus larvas a explorar la cueva.
"Y una vez que entraron comenzaron a mutar y generar una nueva especie, que vive solamente dentro de la caverna. La especie más cercana vive afuera, en la zona de Mahahual", también en el estado de Quintana Roo (sureste), en el Caribe mexicano.
Uno de los autores del hallazgo, Francisco Solís Marín, sostuvo que la nueva especie se clasifica como ofiuro, perteneciente a la familia de los equinodermos, al que pertenecen también los erizos, las estrellas, los lirios y los pepinos de mar.
México cuenta con más de 800 especies de equinodermos, que representan aproximadamente el 11 por ciento de la variedad existente en el planeta.
De las más de 2.000 especies de ofiuroideas documentadas desde 2010, solo dos viven en cuevas, en Estados Unidos y en Japón, a la que ahora se suma la mexicana, que los universitarios han llamado "Ophionereis commutabilis".
Los ofiuros tienen un cuerpo pequeño y aplanado, formado por un disco redondo y cinco brazos delgados, los cuales miden entre 18 y 20 centímetros que lucen como serpientes.
Su papel en los océanos es sustancial, pues participan en la producción de oxígeno en los fondos marinos, modelan la textura del piso oceánico, reflejan la calidad del agua y son parte de la dieta de otros organismos.
Solís Marín, quien también es el titular de la Colección Nacional de Equinodermos del ICML, expresó que la especie hallada está en peligro de extinción por las actividades humanas, específicamente por el turismo en la zona.
El "Ophionereis commutabilis" vive en un sistema con túneles inundados de agua, cuya entrada es un cenote, es decir, un boquete en el terreno.
El sitio está a 18 metros de profundidad con oscuridad perpetua, por lo que los expertos creen que la especie hallada podría ser bioluminiscente, es decir, que emite luz propia, aunque ello no se ha podido demostrar.
El hallazgo se conoció desde 2019, aunque el ejemplar fue colectado en 2006, junto con otros organismos, como parte de una expedición a cuevas a 18 metros de profundidad.
El experto explicó que la tardía difusión se debe a que para documentar una nueva especie animal se requieren estudios de Acido Desoxirribonucleico (ADN), técnica altamente especializada.