Virus y parásitos forman un extraño mundo de criaturas diminutas con gran impacto en nuestras vidas. Los conoce bien Zimmer, uno de los escritores de ciencia más reconocidos del planeta. Uno de sus libros, 'Un planeta de virus’, acaba de ser traducido al castellano.
La trayectoria de Carl Zimmer (EE UU, 1966) como divulgador científico es reconocida internacionalmente. Autor de uno de los blogs de ciencia más prestigiosos del planeta, The Loom, es también columnista semanal de The New York Times y colabora habitualmente con numerosas publicaciones científicas como Science, Wired, National Geographic o Popular Science.
Ha escrito trece libros sobre neurociencia, medicina y biología, uno de ellos, Un planeta de virus, reeditado en 2015, ha sido traducido al español recientemente por la editorial Capitán Swing. En él relata el caos que pueden llegar a provocar estos seres invisibles al ojo humano, cuyo impacto no se limita al mundo animal sino que se extiende al clima, al agua, al suelo o a los océanos y cuya evolución supone un desafío. Hablamos con Zimmer sobre esta publicación y de cómo hemos llegado a la actual crisis de la COVID-19.
¿Cómo comienza su implicación en el proyecto Mundo de virus, que incluye este y otros libros?
Judy Diamond, una bióloga de la Universidad de Nebraska, tuvo la idea de crear materiales educativos para estudiantes sobre virus. Se le ocurrió un montón de maneras de hacer que los virus fueran convincentes para los jóvenes y uno de ellos fue hacerme escribir una serie de ensayos, que finalmente se convirtieron en mi libro, Un planeta de virus.
“Teníamos muy pocas estrategias para frenar la propagación de la COVID-19 y, desafortunadamente, esas estrategias son económicamente devastadoras”
Antes de la crisis de la COVID-19, de forma reciente otros virus como la gripe aviar, el VIH o el Ébola han puesto en alerta a la humanidad. ¿Cómo es posible que un coronavirus, en principio, menos letal haya tenido un impacto de tanto alcance en una sociedad avanzada?
Una enfermedad como el ébola tiene una tasa de mortalidad más alta entre las personas infectadas, pero no fue capaz de extenderse fuera de África Occidental durante el brote de 2015, debido a su biología particular. Para cuando el mundo reconoció el verdadero peligro de la COVID-19, el coronavirus se había extendido a varios países de todo el mundo. Debido a que era nuevo, teníamos muy pocas estrategias para frenar su propagación y, desafortunadamente, esas estrategias son económicamente devastadoras.
Usted habla en su libro sobre el caso de la erradicación de la viruela y que años después de su destrucción, muestras pasadas por alto aparecieron en un laboratorio. ¿Por qué cree que todavía hay teorías conspiratorias sobre estos microorganismos?
Los virus son misteriosos por su naturaleza. Son tan pequeños, tan aparentemente simples y, sin embargo, son tan poderosos y sofisticados. Es fácil llegar a teorías conspiratorias sobre ellos.
Si no se pueden prever las futuras pandemias, ¿cómo nos prepararemos?
Hay muchas cosas que podemos hacer que no son tan caras, particularmente en comparación con los miles de millones de dólares que hemos perdido al permitir que el nuevo coronavirus se salga de nuestro control. Podemos trabajar en vacunas universales y en antivirales, además de examinar todos los virus de los vertebrados salvajes y determinar cuáles son las mayores amenazas para nosotros.
También debemos establecer redes de monitoreo internacionales y robustas para descubrir eventos de contagio a los pocos días de que ocurran y tomar medidas inmediatas.
“¿Realmente la gente quiere retroceder 100 años, a una época en la que la viruela, la poliomielitis y otras enfermedades eran una amenaza constante para los niños?”
¿Qué opina de los recelos que surgen hacia las vacunas?
Creo que es una tragedia. ¿Realmente la gente quiere retroceder 100 años, a una época en la que la viruela, la poliomielitis y otras enfermedades eran una amenaza constante para los niños?
¿Por qué debería preocuparnos el cambio climático y su conexión con la propagación de virus, más allá de esta crisis de la COVID-19?
El cambio climático podría tener una serie de impactos en las enfermedades. Por ejemplo, muchos virus como el dengue y el zika son transmitidos por mosquitos. Un clima más cálido podría permitir a estos insectos extender sus rangos más al norte y al sur del ecuador, trayendo enfermedades a millones de nuevas víctimas.
En los océanos existen también millones de virus, la mayoría inofensivos para nosotros. ¿Qué ocurre con los que están atrapados en el hielo y que aflorarán con el calentamiento global? ¿Podrían ser perjudiciales?
El cambio climático tiene el potencial de amenazar a nuestra civilización con tormentas, sequías y calor. Si el cambio climático descongela cualquier virus conservado durante miles de años, dudo que creen una nueva epidemia. Morirán en algún lugar del desierto siberiano mucho antes de que alguien entre en contacto con ellos.
“Debemos reconocer que se trataba de un desastre del que se nos había advertido durante más de 30 años”
Supongo que escribió este ensayo pensando que, más tarde que pronto, una pandemia volvería a suceder. ¿Qué lección cree que la humanidad debería aprender de esta crisis?
Debemos reconocer que se trataba de un desastre del que se nos había advertido durante más de 30 años. Tuvimos mucho tiempo para prepararnos y no nos lo tomamos en serio. Este es un solo virus, pero hay muchos otros en animales salvajes que podrían propagarse y causar el mismo daño o peor. Tenemos que tomar estas amenazas en serio.
¿El avance científico actual es suficiente para abordar las futuras pandemias?
Solo si la gente está dispuesta a entender en qué consiste la investigación científica.
Fuente:
SINC
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