Después de que cientos de expertos lo advirtieran, la Organización Mundial de la Salud ha publicado un informe donde reconoce que es posible el contagio de la COVID-19 a través de pequeñas partículas suspendidas en el aire en zonas interiores, como restaurantes, lugares de rezo o centros de trabajo en determinadas circunstancias. También demanda urgentemente más estudios para investigar este tipo de transmisión.
El pasado 4 de julio 239 especialistas publicaron una carta abierta en el New York Times y otros medios para que las autoridades sanitarias incluyeran la transmisión aérea a través de aerosoles —pequeñas partículas en suspensión— como una vía de contagio del coronavirus a considerar, especialmente en espacios cerrados.
Se han observado brotes en algunos entornos cerrados, como restaurantes, clubes nocturnos, lugares de culto o centros de trabajo donde la gente puede estar gritando, hablando o cantando
A pesar de las primeras reticencias, este jueves la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho público un informe donde admite esa posibilidad, ya que se han observado brotes en “algunos entornos cerrados, como restaurantes, clubes nocturnos, lugares de culto o centros de trabajo donde la gente puede estar gritando, hablando o cantando”.
“En estos brotes —añade— no se puede descartar la transmisión de aerosoles, particularmente en zonas interiores con espacios abarrotados y ventilación inadecuada y donde las personas infectadas pasan largos períodos de tiempo con otras”.
En su cuenta de Twitter, la organización también menciona que la vía aérea de transmisión de la COVID-19 puede ocurrir en otros lugares cerrados, como los gimnasios, así como en centros sanitarios donde los procedimientos específicos que se llevan a cabo implican la generación de las pequeñas gotas o aerosoles.
Urge más investigación
Aun así, la OMS insiste en la necesidad “urgente” de realizar más investigaciones sobre la vía aérea de transmisión, aunque subraya que por ahora la principal forma de contagio demostrada es a través de las gotas que expulsan las personas infectadas al toser o estornudar.
La OMS insiste en que la transmisión de la COVID-19 ocurre principalmente por contacto directo, indirecto o cercano con individuos contagiados a través de sus secreciones respiratorias y de saliva, o a través de sus gotitas respiratorias, que se expulsan cuando se tose, estornuda, habla o canta.
Esas gotas con el virus pueden caer sobre objetos y otras superficies (pomos, barandillas, muebles...), y es probable que otras personas puedan infectarse si las tocan al poco tiempo y después se llevan las manos a los ojos, nariz o boca antes de habérselas lavado.
Fuente: OMS
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