Ahora, desde el 25 de marzo, esta montaña que alberga especies emblemáticas para Perú como el oso de anteojos (Tremarctos ornatus) y el gallito de las rocas (Rupícola peruviana) forma parte de
la nueva Área de Conservación Regional (ACR) Chuyapi Urusayhua, ubicada en los distritos de Echarati, Vilcabamba y Santa Ana, en la provincia de La Convención, en Cusco.
Se trata de la cuarta ACR creada en la región Cusco desde el año 2010. Hasta ahora han sido establecidas las ACR Choquequirao, en las provincias de La Convención y Anta; Tres Cañones, en la provincia de Espinar; Ausangate en la provincia de Quispicanchis y la recién categorizada Chuyapi Urusayhua, en la provincia de La Convención. Está pendiente la ACR Queros-Kosñipata, ubicada en la provincia de Paucartambo.
El decreto supremo que da cuenta de su creación fue publicado en el Diario El Peruano el 25 de marzo. El documento indica que el objetivo de esta nueva área protegida es conservar los ecosistemas de yungas y puna de los Andes centrales; así como la diversidad biológica que alberga.
La historia del ACR Chuyapi Urusayhua
El ACR Chuyapi Urusayhua ha pasado por un largo proceso que empezó en 2009 cuando el Gobierno Regional del Cusco elaboró su propuesta para crear 18 áreas de conservación, de diferente nivel, en la región.
Ronald Catpo, director de Áreas para la Conservación de la organización Conservación Amazónica (ACCA), conoce bien el proceso. «El área de la ACR se estableció en 80 mil hectáreas y sin poblaciones originarias ni de colonos en su interior», explica Catpo sobre los cambios y redefiniciones de la propuesta inicial que planteaba 400 mil hectáreas.
En el camino, siete comunidades Machiguenga, que hasta el año 2018 formaban parte de esta propuesta, desistieron de su interés. En cambio, los habitantes del distrito de Santa Ana, que inicialmente no estaban incluidos, solicitaron ser partícipes del proyecto del ACR. Fue así que a la montaña de Urusayhua se unió el rio Chuyapi para dar paso a la ACR Chuyapi Urusayhua.
«Esta nueva ACR reúne tres de las propuestas de áreas protegidas que presentó en el 2009 el gobierno regional. Con esta última definición son 290 mil hectáreas de ecosistemas únicos que se protegen en las cuatro ACR aprobadas hasta ahora», agrega Catpo.
En el caso de la nueva ACR son 80 190.78 hectáreas de bosques lluviosos, con una gran biodiversidad de flora y fauna, donde también nacen los ríos que abastecen de agua a la provincia de La Convención.
Son en total cinco cuencas hidrográficas las que se ubican en el ámbito del ACR: Cirialo, San Miguel, Cushireni, Vilcabamba y Chuyapi. Y esta última provee de agua a más de 46 mil usuarios de Quillabamba.
«El agua ha sido un tema central para la definición del área protegida», agrega Catpo sobre la importancia de las cuencas hidrográficas que son parte de esta nueva reserva.
Pero también han sido importantes los ecosistemas y la biodiversidad que alberga para su definición como ACR. Uno de estos ecosistemas es la yunga peruana, considerada como una de las ecorregiones más frágiles del Perú debido a factores como la deforestación y los incendios forestales.
En cuanto a la biodiversidad, en la nueva ACR se han registrado 936 especies de flora y 619 especies de animales. Entre ellas se encuentran 83 especies de mamíferos, 412 de aves, 30 de anfibios, 22 de reptiles, 32 de escarabajos y 39 de mariposas.
Entre ellas figuran especies clave como el oso de anteojos (Tremarctos ornatus), el puma (Puma concolor), el jaguar (Panthera onca), el gallito de las rocas (Rupicola peruvianus) y el guacamayo de cabeza azul (Primolius couloni), entre otros.
Los bosques nublados peruanos albergan la mayor cantidad de especies endémicas y en Chuyapi Urusayhua existen 34 especies de plantas endémicas y 40 de animales endémicos.
«Hace cinco años hicimos evaluaciones biológicas que solo abarcaron una muestra representativa en una pequeña área, pero lo que ofrece el ACR para la investigación es mucho más. Quizá hasta se encuentren nuevas especies para la ciencia», cometa Catpo.
Una apuesta por la conservación
«El área permitirá la conectividad entre ecosistemas de ceja de selva y selva alta como Machu Picchu o Choquequirao y aquellos propios de bosques tropicales de menor altitud como los que se ubican en Megantoni o el Manu», escribió en sus redes sociales el ministro del Ambiente Gabriel Quijandría.
La zona donde se ha creado esta ACR abarca 2 ecorregiones, 6 pisos ecológicos, 12 sistemas ecológicos y los paisajes asociados a la montaña Urusayhua, así como los bosques de yunga de ceja de selva y selva alta que se extienden por la Cordillera de Vilcabamba hasta la montaña sagrada de Echarati.
Para proteger este y otros ecosistemas de la región, el gobierno regional del Cusco propuso un conjunto de ACR y otras herramientas de conservación como las reservas de biósfera, las concesiones para conservación y las áreas de conservación privada para fortalecer el sistema regional de áreas de conservación y buscar la sostenibilidad de toda la región. Hasta ahora se han consolidado por lo menos 10 de las 18 zonas para la conservación propuestas por la autoridad regional.
Así, con la creación de la ACR Chuyapi Urusayhua se busca, además, enfrentar amenazas como la ampliación de la frontera agrícola y ganadera, las quemas y la deforestación, así como detener algunas propuestas de infraestructura vial, además que se intentará restaurar algunas zonas afectadas colindantes a la reserva.
El paso siguiente a la creación de esta ACR es la elaboración del Plan Maestro de los próximos 25 años. Por el momento, el gobierno regional cuenta con presupuesto de alrededor de 12 millones de soles que permitirán su sostenibilidad en los próximos cuatro años.
Entre las actividades para lograr su sostenibilidad figura el turismo, una actividad que desde hace un tiempo impulsan las municipalidades y que busca integrar a las comunidades Machiguengas.