Un equipo de científicos intenta averiguar por qué decenas de niños fueron momificados y enterrados en catacumbas en un convento de la isla italiana de Sicilia.
El primer estudio exhaustivo de las momias infantiles estará dirigido por Kirsty Squires, profesora asociada de Bioarqueología de la Universidad de Staffordshire, Reino Unido, y el trabajo de campo comenzará la próxima semana.
Los investigadores analizarán los restos de 41 niños enterrados en una sala de las Catacumbas de los Capuchinos, una macabra atracción turística de Palermo, en el norte de Sicilia, aunque en total hay 163 niños enterrados en las catacumbas.
"Queremos intentar comprender la vida de estos individuos, su salud, su desarrollo, etc", dijo Squires a CNN el jueves. "Y a partir de eso, también queremos comparar los datos biológicos con el lado más cultural de las cosas".
Squires añadió que las momias estaban completamente vestidas, y que algunas estaban colocadas en cunas y sillas, mientras que otras estaban de pie con palos utilizados para mantenerlas en posición, y los investigadores examinarán el significado del uso de estos accesorios.
Poco se sabe de estos niños, que fueron enterrados entre 1787 y 1880 y forman parte de la mayor colección de restos momificados de Europa, compuesta por al menos 1.284 cuerpos.
"Sabemos que procedían de familias de clase media: el rito de la momificación estaba reservado a los individuos más ricos, como la nobleza, la clase media y el clero", explica Squires.
"Así que sabemos que no eran los miembros más pobres de la sociedad, pero eso es todo lo que sabemos, en realidad". Squires añadió: "¿Por qué no fueron enterrados como los demás individuos?".
El equipo está utilizando imágenes de rayos X porque es un método no invasivo que no plantea las mismas consideraciones éticas que las investigaciones invasivas sobre restos humanos, según un comunicado de prensa de la Universidad de Staffordshire.
"Estamos utilizando una máquina de rayos X portátil para tomar radiografías y así poder estimar la edad de los individuos basándonos en su erupción y desarrollo dental, y en la fusión de los huesos", dijo Squires, añadiendo que buscaría signos de enfermedad.
Los investigadores utilizarán las radiografías, 574 en total, o 14 por momia, para completar un perfil biológico de los niños y averiguar si la momificación solo se realizaba a los de una determinada edad o sexo.
"También se utilizarán para detectar la presencia de defectos de desarrollo, indicadores de estrés y lesiones patológicas, con lo que se pretende conocer la salud y el estilo de vida de los niños en vida", según el sitio web del proyecto.
Según Squires, la momificación era una práctica habitual de las catacumbas desde alrededor de 1599 hasta principios del siglo XX, considerada por la clase media como una "forma de mantener viva su persona social después de la muerte", y las familias visitaban los cuerpos de sus parientes enterrados.
Squires y su coinvestigador Dario Piombino-Mascali, de la Universidad de Vilnius, Lituania, estarán acompañados por dos radiólogos y un artista en las catacumbas y pasarán una semana examinando los registros de defunción. Sin embargo, pasarán meses antes de que se publiquen los resultados, dijo.