Nuevos descubrimientos arqueológicos han revelado secretos en el templo de Amenhotep III, que gobernó hace unos 3.300 años.
Arqueólogos egipcios han descubierto dos colosales estatuas de esfinge de piedra caliza mientras restauraban el antiguo templo funerario egipcio de Amenhotep III, un rey de la dinastía XVIII cuyo reinado (entre 1390 y 1353 a.C.) es conocido por su paz y prosperidad, y cuyo nieto fue el rey Tutankamón.
Según informó el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto, una misión arqueológica egipcio-alemana, dirigido por el arqueólogo Hourig Sourouzian, descubrió los artefactos, que originalmente medían unos 8 metros, medio sumergidos en el agua durante su restauración del templo funerario del faraón Amenhotep III, que los antiguos egipcios llamaban el "Templo de los Millones de Años".
Amenhotep III en forma de esfinge
Las estatuas representan a Amenhotep III en forma de esfinge –una criatura mitológica con cuerpo de león y cabeza humana–, que se conocen como colosos, o estatuas más grandes que la vida, con un tocado de mangosta, una barba real y un amplio collar, dijo el Ministerio.
Una restauración reveló una inscripción en el pecho de uno de los colosos que decía "el amado de Amón-Re", una referencia a Amenhotep III.
"Este templo albergaba un gran número de estatuas, maquetas y decoraciones murales, antes de que sufriera un devastador terremoto en el año 1200 a.C.", dijo a Al-Monitorel egiptólogo Hourig Sourouzian, jefe de la misión arqueológica.
Estatuas casi intactas de Sekhmet
También se descubrieron en el yacimiento tres estatuas casi intactas de Sekhmet, una diosa de la guerra asociada a la curación que a menudo se representa como una parte de león, y los restos de una gran sala con pilares.
La misión arqueológica también descubrió ruinas de columnas y muros en el templo mortuorio que los antiguos egipcios habían decorado con escenas ceremoniales y rituales.
Escenas del Heb-Sed
Hourig Sourouzian, jefe de la misión egipcio-alemana, destacó la importancia del descubrimiento, ya que las esfinges confirman la ubicación del inicio de la vía de la procesión, un lugar fundamental para las ceremonias y las festividades.
"En el peristilo, las piezas de relieve mural recién descubiertas revelan nuevas escenas del Heb-Sed, un festival del rey que se iniciaba tras 30 años de su gobierno y se repetía cada tres años a partir de entonces", dijo Sourouzian a Al-Monitor.
Amenhotep III, que gobernó entre 1390 y 1353 a.C. en la XVIII Dinastía, fue uno de los pocos que sobrevivió para celebrar la fiesta, y los estudiosos creen que su Heb-sed fue la más elaborada de la historia, según reportó ARTnews.
El objetivo principal del vasto templo funerario, construido cerca del río Nilo, era servir de lugar de ofrendas para Amenhotep III para después de su muerte y su traslado al más allá.
El reinado de Amenhotep III, en gran medida pacífico, estuvo marcado por un prolífico programa de construcción en Tebas (la actual Luxor), la capital del antiguo imperio egipcio.