Argentina, 7 de marzo 2022.- Un recorrido por los valiosos aportes de mujeres como Agnes Driscoll, Katherine Johnson, Sofia Kovalevskaya y Maryam Mirzakhani en una disciplina que
es clave en el mundo de la innovación
Las matemáticas son una disciplina clave para lograr avances en el mundo de la innovación y la tecnología. Funcionan como la piedra angular sobre la cual se han construido todo tipo de teorías para lograr avances que van desde la física hasta la informática.
Históricamente esta disciplina ha sido considerada “cosa de hombres” y las mujeres han tenido dificultades para estudiar, investigar y mucho más destacarse en esta ciencia.
Hipatia de Alejandría
Es considerada primera mujer especializada en Matemática sobre la cual se tienen datos. Era hija y discípula del astrónomo Teón, nació en Alejandría entre el 355 o 370, y murió asesinada, aparentemente por motivos políticos o religiosos, entre 415 o 416
Fue una erudita de las matemáticas: escribió sobre geometría, álgebra y astronomía. Se cree que colaboró con su padre en una revisión de los Elementos de Euclides y que hizo comentarios a la Aritmética de Diofanto y de las Secciones Cónicas de Apolonio.
No se conservan sus obras pero se sabe de ella por sus discípulos. Hipatia también se dedicó a la filosofía, disciplina que enseñó y la convirtió en una verdadera figura destacada. Un rol que se buscó reivindicar sobre todo en el último tiempo, desde la ciencia y desde algunos movimientos feministas.
Ada Lovelace
El 10 de diciembre de 1815 nació Ada Lovelace, una erudita de las matemáticas y la primera mujer programadora de la historia por su aporte a la máquina analítica, ideada por Charles Babbage. Lovelace escribió el primer algoritmo pensado para la máquina que el matemático diseñó pero que no llegó a construir. Babbage concibió una máquina de naturaleza mecánica, de unos 10 metros de ancho y 30 de largo, que sería potenciada por un motor a vapor.
Cuando Lovelace se enteró sobre aquel invento escribió su texto “Notas”, donde describió técnicamente la máquina y evaluó las aplicaciones prácticas que podría tener, entre ellas la posibilidad de digitalizar las composiciones musicales.
En su texto, describe en detalle la forma en las cuales las tarjetas perforadas podrían construir una secuencia numérica en la máquina. Ese código es considerado el primer algoritmo pensado para ser ejecutado por una máquina. Y así fue que Ada Lovelace se convirtió en la primera mujer programadora de la historia.
Sophie Germain
Nació en Francia, en 1776 y falleció en 1831). Fue una matemática autodidacta que realizó numerosos aportes a la teoría de los números y la elasticidad. Se dedicó al estudio de lo que se conoce como los números primos de Germain. También hizo importantes aportes al último teorema de Fermat y en geometría incorporó el concepto de curvatura media de una
Son importantes sus aportaciones sobre el último teorema de Fermat y sobre los números primos (de hecho, hay un tipo de números primos que se denomina primos de Germain). También es interesante destacar que, en geometría, introdujo el concepto de curvatura media de una superficie.
Para difundir sus conocimientos y escribirle a destacados matemáticos de aquella época utilizó el pseudónimo Monsieur LeBlanc, pues temía que si se presentaba como mujer no tuvieran en cuenta sus aportes, por el machismo imperante en aquel entonces.
Sofia Kovalevskaya
Nació en Rusia el 15 de enero de 1850 y falleció en Estocolmo, el 10 de febrero de 1891. Fue una destacada matemática, que hizo importantes contribuciones en relación a las ecuaciones diferenciales y la mecánica.
Por su condición de mujer le resultó difícil llevar adelante su vida académica pero a pesar de la resistencia logró destacarse en el medio. De hecho fue la primera mujer que consiguió una plaza como profesora universitaria en Europa, más precisamente en Suecia, en 1881.
Entre sus trabajos, se destaca “Sobre la teoría de las ecuaciones diferenciales”, que se publicó en el Journal de Crelle, y el texto “Sobre la rotación de un cuerpo sólido alrededor de un punto fijo”.
Katherine Johnson
Nació el 26 de agosto de 1918 y falleció el 24 de febrero de 2020. Fue una matemática y física brillante que en los años 60 calculó la trayectoria de los cohetes en los programas espaciales Mercurio. Sus números lograron que John Glenn se convirtiera en el primer estadounidense en orbitar alrededor de la Tierra. También desempeñó un rol clave en la misión Apolo 11, que desembocó en el primer alunizaje.
Su historia se hizo más conocida tras el estreno, en 2017, del film “Talentos ocultos”, que relata la historia de Johnson y de sus colegas, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, quienes, al igual que ella, trabajaban en la división “para mujeres de color” de Ordenadores de Área del Oeste de Langley Research Center.
Estas mujeres cumplieron un papel vital para la NASA en la carrera espacial. Se las llamaba computadoras, porque su función principal era hacer complejas ecuaciones para el desarrollo de proyectos aeroespaciales.
Agnes Meyer Driscoll,
También conocida como Madame X, fue una destacada criptoanalista estadounidense que tuvo un rol clave durante la Segunda Guerra Mundial. Nació el 24 de julio de 1889 y falleció el 16 de septiembre de 1971. Su papel en la guerra se analiza en el libro Code Girls: the untold story of the American women code breakers of World War II escrito por Liza Mundy.
La joven obtuvo una licenciatura en Matemática y Física de la Universidad Estatal de Ohio. También estudió estadística, música e idiomas.
El 22 de junio de 1918 y con apenas 28 se unió a la Marina de los Estados Unidos, que recién había comenzado a aceptar mujeres, donde fue designada a la sección de Códigos del director de Comunicaciones de la Armada.
Su rol fue fundamental para entender la comunicación de los japoneses en el período entre guerras. Logró descifrar el Libro Rojo, tal como se llamaba al sistema de códigos que usaba el país nipón. El próximo objetivo fue interpretar el código detrás del Libro Azul: logró recuperar las 85 mil entradas en el libro así como identificar el cifrado por transposición, que es un sistema por medio del cual unidades de texto plano se cambian de posición siguiendo un patrón determinado para formar un mensaje cifrado.
A su vez, en 1935 decodificó el sistema de encriptación japonés llamado Naranja o M-1 y eso le permitió descubrir, entre otras cosas, que había espías estadounidenses que estaban compartiendo información confidencial con Japón. Poco año después se ocupó de desentrañar los misterios del JN-25 tal como se conocía al nuevo código empleado por los japoneses para las comunicaciones entre su navíos.
Maryam Mirzakhani
La científica iraní fue la primera mujer ganadora de la medalla Fields, considerada el premio Nobel de las Matemáticas. Nació el 12 de mayo de 1977, en Teherán y falleció en 2017, con apenas 40 años, por un cáncer de mama.
La medalla Fields premia cada cuatro años por sus descubrimientos sobresalientes a un máximo de cuatro matemáticos menores de 40 años y Mirzakhani fue reconocida por sus “impresionantes avances en la teoría de las superficies de Riemann y sus espacios modulares”.
Estudió varios temas de sistemas dinámicos y geometría, pero se especializó en la comprensión de la simetría de las superficies. Sus más célebres contribuciones tratan sobre el llamado problema de los billares, que estudia el movimiento de una bola en una mesa de billar.
Mirzakhani trabajó como docente en la Universidad de Princeton y Stanford. Además de la medalla Fields, obtuvo el premio Blumenthal (2009) y el Satter (2013).
Según la plataforma online de matemáticas, Smartick, “fomentar la incursión de niñas y mujeres en matemáticas y en otras disciplinas STEM (acrónimo utilizado para referirse a las áreas de conocimiento en las que usualmente trabajan científicos e ingenieros: Science, Technology, Engineering and Mathematics -ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas-) es una tarea maravillosa, si se les dan las herramientas y oportunidades necesarias para ejercitar estas habilidades”.