Jordania, 19 de septiembre 2022: Sembrando una planta a la vez, y ya van casi un millón, un grupo formado casi
exclusivamente por mujeres jordanas combate la desertificación con éxito social, ambiental y económico en uno de los países con mayor escasez hídrica del planeta.
"La comunidad apostó por nuestro fracaso desde el principio, pero ahora estamos en nuestro séptimo año" destaca con orgullo Tahani al Masaed, de 30 años, una de las mujeres que de la mano de la ONG Wadi trabaja en esta iniciativa orientada a mujeres rurales.
El proyecto ha permitido empoderarlas, ofrecerles opciones profesionales y concienciarlas sobre temas de protección ambiental en un entorno con escasas o nulas opciones laborales.
Al Masaed es una de las mujeres que trabaja para Wadi en la desértica región de Badia, que es el área geográfica más extensa de Jordania y dónde han lograron sembrar semillas y reverdecer algunas zonas, tras un proceso de capacitación en técnicas agrícolas tradicionales.
La organización desarrolla plantones o árboles para ser trasplantados en invernaderos por una fracción del costo económico e hídrico de otros viveros y luego los replanta en el entorno para proteger el suelo y retener el agua.
De paso, han encontrado una opción asequible y viable para su desarrollo económico, así como para preservar y mejorar la irrigación y la conservación de las aguas subterráneas en el segundo país más pobre del mundo en términos de agua per cápita.
El proyecto arrancó en 2016 con ayuda de la Agencia de EE.UU para el Desarrollo Internacional (USAID), pero pronto la iniciativa pasó a ser independiente y a financiarse con la venta de sus plantones a instituciones jordanas, y con eso se pagan salarios y seguros sociales a sus trabajadores, mujeres en su mayoría.
Ahorro y captación de agua
El director de Wadi, Tariq Abu Talib, aseguró a Efe que la estrategia seguida por la ONG para ahorrar y captar agua tiene tres vertientes.
"Primero, la etapa de producción, que usa solo un tercio de la cantidad de agua en comparación con los viveros tradicionales. Luego plantamos en los ámbitos naturales y se riegan una sola vez, inmediatamente después de la plantación, lo que reduce el consumo de agua", indicó.
Por último, se usan "técnicas de captación parcial del agua de lluvia que permiten que esta permanezca donde cae, lo que eventualmente conduce a la recarga de los acuíferos a través de la rehabilitación de tierras para evitar la escorrentía de agua de lluvia".
Hasta el momento, se han producido alrededor de 1.103.813 esquejes en los viveros supervisados por Wadi. Más de 900.000 fueron plantados en un área de solo 317.033 hectáreas.
Según datos de la ONG, el éxito de replantación está en un 85%, mientras que el volumen de agua requerido para los esquejes que ellos desarrollan ronda los 30 litros por unidad, aproximadamente el 35% de lo que requieren otros viveros del país, que consumen alrededor de 84,4 litros por planta.
Como comentó a Efe la experta del Centro Nacional de Investigación Agrícola de Jordania, Mesnat al Hiyari, estas técnicas de captación de agua son una de las formas más exitosas de conservar el agua y el suelo, mejorando así la seguridad alimentaria e hídrica, así como para contribuir al desarrollo de pastos y bosques naturales.
Mujeres y empoderamiento
A pesar de que su comunidad no creía en las capacidades de Al Masaed y sus compañeras, hoy la comunidad da fe de su contribución real a la preservación del medio ambiente a través de este trabajo.
"Pude comprar una casa después de vivir en una casa alquilada con mi esposo y mi hija”, dice Reem, de 27 años, una colega de Al Masaed que vive en Umm Husein, una de las regiones orientales de Badia.
Reem destacó a Efe que el trabajo era una prioridad para ella, para poder mantener a su familia y proporcionar un hogar seguro y estable para su familia.
También Al Masaed, que trabaja en Wadi desde 2016, cuando acabó su educación universitaria, pudo aportar gracias a ello para la educación de sus hermanos, que pudieron seguir sus pasos y asistir a la universidad.
Para el director de Wadi, dar apoyo a las mujeres es un factor importante en el desarrollo de la sociedad, y el papel de la ONG en el empoderamiento de las mujeres no pasa únicamente por brindarles una oportunidad laboral, sino que también se consigue a través de actividades de formación y asesoramiento, que realizan en sus propios viveros.