Dubái , 8 de diciembre 2023-- Frente a la inacción climática, los activistas del clima en Europa radicalizan
sus protestas con acciones llamativas de gran repercusión mediática, pero pacíficas, con el objetivo de salvar al planeta, ante la pasividad de los gobiernos para abordar la crisis medioambiental.
En las últimas horas, y en el marco de la cumbre climática (COP28) que se celebra en Dubái, el grupo “Scientist Rebellion”, integrado por científicos y académicos frente a la crisis climática y ecológica, ha protestado mediante una carta en la que piden a la ciudadanía involucrarse en una “acción climática colectiva” para progresar en cambios estructurales necesarios y un colapso climático.
Colectivos España “Extinction Rebellion”
En España, miembros de los colectivos Extinction Rebellion (XR) y Futuro Vegetal(FV) señalan que la falta de repercusión en protestas climáticas ha propiciado un incremento en la “intensidad” de sus actuaciones actuales buscando repercusión internacional, aunque inciden en la ausencia de daños a personas en contraposición a las muertes por olas de calor o inundaciones que causa el cambio climático.
Víctor de Santos, miembro de XR, viajó en 2022 a Alemania para participar en acciones de desobediencia civil y fue en la ciudad de Múnich, donde, en el museo de BMW, pegó sus manos a uno de los coche más lujosos, hecho por el que él y otros 14 activistas fueron detenidos por la policía y encerrados primero en un calabozo y después en el centro penitenciario de Stadelheim (Baviera).
De Santos, investigador y científico, quien abandonó un trabajo estable para involucrarse de lleno en concienciar a la ciudadanía, ha afirmado que la crisis climática pone el foco en el porqué de las protestas, e insiste que ante una emergencia como la actual, con millones de muertos por el cambio climático, “protestar sin herir ni amenazar a nadie, claro que es proporcionado”.
¿La urgencia climática justifica estos llamadas de atención?
“Luchamos por un futuro digno para todo el mundo”, ha aseverado De Santos, quien asegura sentir el respaldo de la sociedad, porque “no hacemos daño a nadie”, aunque lamenta como algunos medios de comunicación sólo se centran en la acción ignorando el contenido, “lo que condiciona el mensaje a la sociedad”.
Futuro Vegetal
En la misma línea, Arka miembro de Futuro Vegetal(FV), colectivo de desobediencia civil contra la crisis climática mediante un sistema agroalimentario basado en plantas, ha afirmado que, a día de hoy, la parte más visible del activismo climático, “sí se puede haber radicalizado”.
A comienzos de este año, este colectivo hizo un llamamiento masivo para participar en la mayor campaña de desobediencia civil de la historia, aunque previamente los activistas ya se habían pegado a cuadros de Goya, habían lanzado pintura sobre el restaurante de Masterchef e incluso habían cortado la M-30 madrileña.
Arka, quien oculta su identidad por razones de seguridad, ha abogado por proteger a la ciudadanía frente a la emergencia climática, porque, en su opinión, es necesario frenar las muertes derivadas de fenómenos climáticos extremos y apuesta por la radicalización como herramienta “necesaria” para poner los puntos sobre las íes.
En el ámbito internacional, ha advertido Arka, la inacción de Gobiernos y organizaciones mundiales, se puede entender como una declaración de guerra hacia la propia población, “si no actúas frente a la emergencia climática permites la muerte de millones de personas”.
En este punto el activista ha recalcado que, “el daño a propiedades materiales no es comparable a la vida de millones de personas, por tanto, y en este contexto, son nuestras acciones y las de la mayor parte de otras organizaciones son “justificables” porque se trata de “acciones directas no violentas”.
A su juicio, la sociedad “no entiende con exactitud” su lucha pero es consciente de que para lograr impacto es necesario la radicalización; Avanzar en este proyecto implica que la gente se posicione, a favor o en contra, pero por lo menos par saber con quién contamos para seguir luchando.