ALEMANIA, 12 DE ENERO 2024--Un día de suerte para el fotógrafo profesional y guía polar Piet van den Bemd.
Mientras volaba su dron sobre las aguas de la Antártida, capturó un espectáculo marino inédito: una espiral de burbujas emergentes que formaba una figura que parecía la espiral de Fibonacci, un patrón matemático frecuentemente encontrado en la naturaleza.
Aunque inicialmente no hallaba explicación para este espectáculo de la naturaleza, esta formación resultó ser obra de ballenas jorobadas en plena caza.
::: Técnica refinada
La espiral de burbujas es una técnica de caza de las ballenas jorobadas, conocida como alimentación con red de burbujas. La clave de esta técnica es la cooperación. Las ballenas se sumergen profundamente bajo la superficie y dirigen sus burbujas hacia arriba de forma sincronizada. Una ballena suele ser la que sopla las burbujas, mientras las otras nadan alrededor de los peces, conduciéndolos a la trampa.
Una vez que las presas están bien reunidas, las ballenas abren la boca de par en par y empiezan a engullir, normalmente embistiendo por el ojo de la espiral.
Este método de caza de las ballenas jorobadas es conocido por los investigadores desde hace más de 30 años. Pero, debido a la naturaleza esquiva de las ballenas jorobadas, rara vez había sido captada en video. El material proporciona a los científicos una perspectiva más cercana para seguir explorando la vida de las ballenas jorobadas.
El comportamiento parece ser culturalmente aprendido, y aunque se pensaba que era una práctica exclusiva de las poblaciones del hemisferio norte, las observaciones en el hemisferio sur han mostrado que las ballenas jorobadas también se alimentan con redes de burbujas. Este descubrimiento ha llevado a los científicos a replantearse lo que saben sobre los comportamientos migratorios y de alimentación de estas majestuosas criaturas.
::: Fibonacci en la naturaleza
La habilidad de las ballenas jorobadas para crear estas espirales no solo demuestra su inteligencia y capacidad de cooperación, sino que también refleja la presencia de patrones matemáticos en la naturaleza. La espiral de Fibonacci, vista en muchas formas de vida, desde plantas hasta animales, es un ejemplo de cómo las matemáticas pueden manifestarse en el mundo natural.
La espiral de Fibonacci es un patrón geométrico que se relaciona con la secuencia de Fibonacci, una serie de números donde cada número es la suma de los dos anteriores. Esta secuencia comienza generalmente con 0 y 1, y continúa indefinidamente: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, y así sucesivamente. La secuencia de Fibonacci fue introducida en el mundo occidental por Leonardo de Pisa, conocido como Fibonacci en 1202, aunque había sido descrita antes en las matemáticas indias.
En la naturaleza se encuentra por ejemplo en las plantas, en las conchas de caracol o en la formación de galaxias, lo que sugiere que puede ser un patrón subyacente eficiente para el crecimiento y la estructura de varios organismos.