Bruselas, 6 de junio de 2024 ::: Tres ONG (PAN Europe, Nature et Progrès y Bond Beter Leefmilieu) han presentado
una demanda contra el Estado belga por reautorizar tres pesticidas que contienen abamectina.
La agencia de noticias Belga precisó que han presentado un recurso de anulación ante el Consejo de Estado belga.
El caso se refiere a la reautorización que Bélgica llevó a cabo el pasado abril para tres insecticidas basados en la abamectina (Acaramik, Safran y Vargas) hasta 2039 para su uso al aire libre y en túneles.
En un comunicado, PAN Europe indicó que según las normas de la Unión Europea la abamectina "solo se puede utilizar en sistemas completamente cerrados".
Sin embargo, criticó que Bélgica permita su uso al aire libre y en túneles hasta 2039, "en detrimento del medio ambiente y la salud de los ciudadanos".
"La abamectina es reprotóxica (que puede afectar al sistema reproductor humano) y es altamente tóxica para el medio ambiente, con serias dudas sobre su genotoxicidad (capacidad de dañar material genético) para los humanos. La Comisión Europea restringió sus usos a sistemas que evitan cualquier liberación de la sustancia al medio ambiente", declaró el director ejecutivo de PAN Europe, Martin Dermine.
La activista de Nature et Progrès Bélgica Virginie Pissort aseguró que mientras que la legislación europea tiene "una clara definición de un invernadero como un sistema cerrado, Bélgica creó su propia directriz que define un invernadero como un túnel".
"Esto contradice la ley de la UE", aseveró.
En la nota de prensa se especificó que las directrices belgas afirman que los invernaderos "deben tener paredes y un tejado, mientras que los pesticidas pueden filtrarse a través de las entradas y ventanas, así como filtrarse a través del suelo".
"Esto está en contradicción con la definición establecida en la legislación de la UE", recalcó.
La activista Heleen De Smet, de Bond Beter Leefmilieu, resaltó que la región belga de Flandes tiene "más de 2.000 hectáreas cubiertas de invernaderos" y que los datos disponibles muestran que los flujos de agua cercanos a invernaderos en territorio flamenco contienen "hasta veinte pesticidas diferentes en concentraciones altamente tóxicas"