Alemania, 13 de junio de 2024 ::: Desde hace décadas, los científicos se han embarcado en la titánica tarea
de imitar las capacidades del cerebro humano, creando redes neuronales artificiales en un intento de dotar a la inteligencia artificial de un procesamiento similar al nuestro. Pero ¿y si hubiera algo aún más innovador? ¿Y si la mejor fuente de inspiración fuese el propio diseño de la naturaleza? Desde Suiza, la empresa FinalSpark ha dado un paso audaz hacia este futuro con su invención: el "bioordenador".
Este dispositivo de vanguardia, también conocido como "ordenador vivo", integra 16 organoides cerebrales, esencialmente minicerebros cultivados a partir de células madre neurales humanas, en una interfaz que permite realizar cálculos informáticos de manera significativamente más eficiente en términos energéticos que los ordenadores tradicionales basados en bits.
::: Menor consumo energético
Según la compañía, este bioprocesador, compuesto por neuronas vivas capaces de aprender y procesar información, y alojado en su plataforma llamada Neuroplatform, puede procesar información con un consumo energético hasta un millón de veces inferior al de los procesadores digitales convencionales. Este avance no solo supone una mejora tecnológica, sino que también podría ser un paso significativo hacia la reducción de las emisiones de carbono asociadas al creciente uso de la inteligencia artificial (IA).
La Neuroplatform es un laboratorio global que permite a investigadores de todo el mundo experimentar con estos bioprocesadores desde cualquier lugar, facilitando investigaciones que antes demandaban recursos colosales, según informó FinalSpark. La empresa ha ofrecido acceso gratuito a nueve instituciones de investigación y más de tres docenas de universidades ya han mostrado interés en esta tecnología vanguardista.
"A medida que crece la demanda de nuestra neuroplataforma, estamos preparados para satisfacerla, todo ello con el objetivo común de construir el primer procesador vivo del mundo", se lee en un comunicado de prensa.