México, 3 de julio de 2025 ::: Uno de los retos más urgentes de nuestra época es la violencia digital,
que tiene consecuencias graves, profundas y en muchos casos ignoradas, expuso el titular de la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC) de la UNAM, Héctor Benítez Pérez.
Al poner en marcha el 4º Foro Universitario contra la Violencia Digital advirtió: “Ese entorno hostil no sólo afecta el bienestar emocional y psicológico de las víctimas, sino también su rendimiento académico, su participación pública y su desarrollo integral. Los datos muestran una incidencia particularmente alta de violencia digital entre mujeres y personas jóvenes”. Benítez Pérez añadió que son ellas las más vulnerables. Muchas se enfrentan a acoso persistente o amenazas de violencia física o sexual.
“A esta realidad se suma el fenómeno emergente del uso de la inteligencia artificial (IA) para generar contenidos de violencia digital como los *deepfakes* (videos, imágenes o audios generados por IA que imitan la apariencia y voz de una persona), creados sin su consentimiento. Estas prácticas, además de violar la privacidad, afectan la forma profunda de la dignidad de quienes las padecen”, alertó.
Ante esto, dijo que, como institución y comunidad académica, la UNAM, tiene que reconocer, visibilizar y combatir todas las formas de violencia, también las que ocurren en los espacios digitales. “Debemos asegurar que la utilización de la tecnología se guíe por principios de ética, respeto, inclusión, equidad y responsabilidad social”.
La violencia digital, enfatizó, es un fenómeno que podemos transformar si lo enfrentamos con conocimiento, pero sobre todo, con empatía y colaboración.
## Conocer lo técnico y jurídico
En el foro remoto, convocado por la DGTIC y la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, también intervino, Guadalupe Barrena Nájera, titular de la Defensoría de los Derechos Universitarios, Igualdad y Atención de la Violencia de Género, quien compartió: “hemos visto la propagación de manera importante de los medios digitales como espacio de ejercicio de violencia, no solamente por razones de género, sino además, por ejemplo, de acoso escolar; y esta realidad nos convoca en la Defensoría a tener la mente abierta sobre las herramientas que podemos utilizar y poner al alcance de las personas que acceden a nuestros servicios”, explicó.
Declaró que el proceso de reproducción de la violencia a través de los medios digitales es una realidad a la que tenemos que hacer frente. “Conocer no sólo los aspectos técnicos, sino también algunos contenidos de los aspectos jurídicos, sobre todo algunas herramientas a nuestro alcance que nos pueden permitir desarrollar estrategias de afrontamiento, prevención y autocuidado en el uso de las redes sociales”.
La defensora universitaria agregó que sólo durante el 2024, aproximadamente el 50 % de los hechos de violencia por razones de género que se procesaron mediante las vías institucionales en dicha instancia, presentaron casos de agresión digital.
## Es real
En su oportunidad, Cecilia Núñez Martínez, jefa de Unidad de Comunicación para la Igualdad de la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU) de la UNAM, aclaró que la violencia digital no es solamente virtual, es real.
“Lo virtual es real –como nos enseñan los feminismos–, sus efectos se sienten en los cuerpos, en la salud mental, en los vínculos sociales y en la posibilidad misma de habitar espacios educativos y laborales de forma segura”.
Añadió que lo que pasa en redes, plataformas o chats no está separado de la vida social, escolar o universitaria, de la que ocurre en los centros de trabajo, sino que las cruza profundamente.
“Desde la CIGU hemos asumido el reto de nombrar estas violencias, de visibilizarlas y generar materiales accesibles, así como de construir redes con académicas, estudiantes, personal administrativo y docentes, porque combatir la violencia digital también es un acto comunicativo, implica transformar los discursos, los imaginarios, las narrativas y hacerlo sin reproducir el miedo ni la revictimización”.
Además, aclaró, que desde la CIGU se cuenta con dos programas clave, los cuales han permitido territorializar el trabajo por la igualdad y acompañar a las comunidades universitarias: las Comisiones Internas para la Igualdad de Género (CInIG) y las Personas Orientadoras Comunitarias (POC).
“Si alguien no conoce estos programas, les invito a revisar la página [www.igualdadgenero.unam.mx](http://www.igualdadgenero.unam.mx/) para que puedan acercarse e informarse sobre estos dos modelos de prevención de las violencias”.
## Acciones dolosas
Gustavo Parra Noriega, académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, señaló que de acuerdo con el informe de la Relatoría de la Organización de las Naciones Unidas sobre Violencia contra las Mujeres, la violencia digital la refiere de una manera más amplia.
Como toda aquella agresión psicológica que realiza una persona a través de las nuevas tecnologías sin consentimiento a la privacidad: correo electrónico, mensajería, WhatsApp, o redes sociales contra su pareja, expareja, de forma sostenida y repetida en el tiempo, con la finalidad de la discriminación o de buscar intromisión o dominación.
El también comisionado del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de México y Municipios, comentó que según el Módulo sobre Ciberacoso del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, alrededor de 10 millones de mujeres en México han sufrido violencia digital.
Entre las agresiones que existen y tipologías que hacen referencia a las mismas se encuentran fenómenos como el *grooming* (acoso) y el *phishing* (ciberataque que busca engañar a las personas para que revelen información personal o financiera, incluso con la “identidad” de entidades legítimas).
Asimismo, el *sexting* (envío de contenido íntimo) sin consentimiento, *cyberflashing* (exhibicionismo), *stalking* (acecho) y *doxing* (recopilar y publicar información personal de alguien o de un grupo, sin su consentimiento, con el objetivo de dañar su trayectoria pública y profesional), entre otras.