Al colocar dos lentes separados y mirar a través de ellos los objetos aparecen agrandados, los microscopios han abierto las puertas a mundos desconocidos.
Hoy en día, el avance de la ciencia y la tecnología permite que las observaciones de las células se realicen ya no solamente en una caja Petri, sino también, por ejemplo, en animales anestesiados.
Además es posible realizar estudios de expresión de genes, analizar organismos transgénicos u observar cualquier evento que ocurre en la superficie de las células, como el momento en que una bacteria las infecta, con una resolución temporal y espacial asombrosa.
Así ocurre en el Laboratorio Nacional de Microscopía Avanzada (LNMA), impulsado por Alberto Darszon y Christopher Wood, con sede en el Instituto de Biotecnología (IBt) del campus Morelos de la UNAM, entidad orientada a ofrecer servicios de alta especialización a científicos e investigadores de los ramos académico, clínico o empresarial del país.
Al respecto, Christopher Wood, encargado del espacio, explicó que la inversión fue aportada por la Universidad Nacional, la Coordinación de la Investigación Científica de la institución y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Se trata de 200 metros cuadrados de construcción –ubicados en el edificio Sur de Biotecnología– y equipos de calidad; además, se cuenta con ambiente controlado (aire acondicionado y luz), para mantener a los instrumentos en perfecto estado.
El límite de los servicios “será sólo la imaginación de los investigadores” de todo el país que acudan para concretar sus proyectos, porque existe la capacidad de montar técnicas de frontera, dijo.
Por primera vez, en México no será necesario asistir a laboratorios del extranjero para estudios de microscopía avanzada, o comprar los instrumentos.
Por un costo razonable será posible que los científicos hagan sus experimentos, lleven sus datos y publiquen sus resultados con rapidez e impacto, indicó.
El LNMA tiene siete equipos en servicio: un microscopio confocal Zeiss LSM510 META, para la adquisición de imágenes de alta resolución (2D, 3D y 4D) en muestras vivas o fijadas, y análisis de co-localización de hasta tres colores simultáneos.
Otros dos microscopios confocales Olympus FV1000 Multi-fotónicos, que permiten la obtención de imágenes de alta resolución (2D, 3D y 4D) en muestras vivas o fijadas; análisis de co-localización de hasta cuatro colores simultáneamente, y que en modo multi-fotón, es ideal para adquisición de imágenes de fluorescencia en muestras de gran espesor (hasta mayores a un milímetro).
De manera adicional, es posible adquirir imágenes basadas en la generación de un segundo armónico, que comúnmente se emplea para visualizar estructuras cuasi-cristalinas como el colágeno, los cloroplastos y hasta granos de almidón dentro de las células.
Asimismo, un Olympus IX81 TIRF, ideal para visualizar estructuras superficiales de la muestra cercana al cubreobjeto, por ejemplo, la dinámica membranal y moléculas simples. Se trata de un sistema de microscopía de reflejo interno total, para examinar eventos que ocurren en la superficie celular.
En tanto, el Olympus MVX10 estereoscópico (macroview) es útil en la observación macro no invasiva de organismos durante periodos de tiempo extensos. Este equipo combina capacidades de resolución macro con lentes de campo claro o fluorescencia. Se pueden examinar muestras más grandes, como tejidos, plantas, raíces o embriones, expuso el universitario.