Conocido por ser la materia prima de botellas, envases y empaques plásticos, casi siempre transparentes, el Tereftalato de Polietileno (PET) es el eje de un singular modelo de negocios que promete eliminarlo como basura y convertirlo en un material donde ganen aquellos que lo acopien y compren para reutilizarlo en el mercado.
María del Carmen Hernández Nava, ingeniera química y estudiante de la especialidad en Sistemas de Calidad en el Posgrado de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, ha diseñado un modelo de negocios para involucrar a grupos informales de acopio y a empresas que lo requieren para elaborar nuevos envases.
“Según datos de Petróleos Mexicanos emitidos en 2011, de los 7.5 millones de toneladas de PET producidas ese año en el país, solamente se recuperó el 13 por ciento”; de esa cifra, el 11 por ciento se ocupó para reciclar y el tres por ciento para producir energía, indicó.
“De todos los reciclables, es el que menos se reusa. los que más se recupera son el vidrio, fierro, latas de aluminio, papel, cartón, y al final de la lista está el PET, que consumimos y vemos en todos lados”, destacó.
Para revertir esta tendencia, la universitaria propone crear una alianza con los grupos informales que lo acopian y las empresas que lo compran.
En su proyecto de tesis “Modelo de negocios para reciclaje mecánico de PET", propone reutilizarlo mediante ese tratamiento, el más sencillo.
“Implica una ligera transformación, donde la botella o envase se despedaza, se funde y se hace un nuevo producto, como material de embalaje, entre otros”, dijo.
Este método también es útil para la industria textil, pues de una botella despedazada y por medio de la extrusión, se obtienen hilos, con los que se hacen telas sintéticas o mezclas con materiales naturales, como el algodón.
“Lo elegí porque es el más barato y aprovechable en la industria, a diferencia del reciclaje químico, que requiere someter las botellas a reactores para obtener de nuevo la materia prima, con la separación de los polímeros y la manufactura de un nuevo producto”, explicó.
A fin de estimular el ciclo de acopio, venta y compra, Hernández Nava plantea una sociedad entre los grupos informales que juntan PET en el país, los consumidores y las empresas.
“Falta información del sector que acopia, pues son grupos y empresas informales. Propongo una alianza para que algunos consumidores que lo generamos les hagamos llegar el material, con el uso de un monedero electrónico para depositar el pago por el envase reciclado”.
Para que funcione, se necesita variedad de productos a reciclar, reunir y organizar a empresas interesadas. “Se pretende que la parte de la materia prima sea más barata para la empresa y también le reditúe a las personas que se dedican a esta labor, que podríamos ser la mayoría si existe un incentivo”.
“No he pensado en una empresa propia, sino en una organización donde los grupos que acopian puedan vencer limitaciones, organizarse y crear un ciclo con beneficio para todos en México, pues la mayoría de las botellas recicladas actualmente se van a China y Estados Unidos”, refirió Hernández Nava.