Hemos visto en diferentes culturas antiguas la construcción de observatorios astronómicos alrededor de todo el mundo, los zigurats en Mesopotamia, Stonehenge en Inglaterra, Chichen Itza en México, Machu Pichu en Perú, Goseck en Alemania, etc. Actualmente existen observatorios modernos ubicados en puntos estratégicos alrededor del mundo, ya sea por la altura, por la oscuridad o por el clima, en estos lugares comparten más de un telescopio, como en Hawái que cuenta con más de 10
telescopios, en Alemania el Observatorio Heidelberg-Königstuhl tiene más de 5 telescopios o instrumentos de observación, y en Chile se encuentra el observatorio astronómico más importante del hemisferio sur con varios telescopios también.
Una de las principales características de un buen sitio para montar un observatorio es la altura ya que así se evita la contaminación atmosférica, desafortunadamente no todos los lugares altos cuentan con un cielo despejado todo el año, otra característica es la distancia a las ciudades que contaminan con luz el cielo, a esto le llamamos contaminación lumínica, en México se construyó un telescopio en Nanchititla, Puebla muy cerca de Cholula, desde ahí se hicieron grandes descubrimientos y se fotografió el cielo en un trabajo internacional, aunque el telescopio sigue funcionando la contaminación lumínica de Chulula y Puebla dificultan su aprovechamiento y ahora solo sirve para la enseñanza.
Uno de los mejores sitios en el mundo y que tenemos la fortuna de que se encuentre en México es el observatorio de San Pedro Mártir en Baja California, actualmente hay tres telescopios, el mayor es de 2 metros de diámetro y se piensa construir uno de 7 metros. La instalación de un telescopio en un observatorio requiere de la construcción de caminos, instalaciones, no solo para montar los telescopios sino para albergar a los investigadores y el personal necesario para su atención y el mantenimiento del lugar.
El observatorio más importante antes de la invención del telescopio pertenecía a Ticho Brahe, un noble danés que gracias a su experiencia como observador le fue concedida toda una isla y los derechos sobre los habitantes para montar su observatorio conocido como Uraniborg, ahí instaló los mejores instrumentos de la época, cuadrantes, sextantes, esferas armilar (que tienen las estrellas en un mapa celeste) fue construido como un palacio entre los años 1576 y 1580 por el rey Federico II de Dinamarca, la invención de la imprenta tenía poco más de 100 años y ya se contaban los libros de la biblioteca por cientos, además de los antiguos manuscritos. El mismo castillo donde estaba el observatorio contaba con su propia imprenta, talleres y laboratorios, ahí llegaron a estudiar los cielos estudiantes desde diversas partes de Europa, sin duda alguna sigue causando envidia entre los astrónomos aficionados y profesionales.
@SergioUniverso