Después de varios días de cielos nublados volvemos a tener cielos azules y soleados, eso me hace pensar en lo maravilloso que es vivir en una ciudad donde el clima es cálido sin ser sofocante.
Muchas veces nos quejamos de que los días están locos porque tenemos que vestir ropa ligera pero cargar con un sweater, chamarra o impermeable ya que no importa cómo amanezca la tarde es incierta. Pero cuando tenemos la oportunidad de visitar otras latitudes o escuchado las noticias de otras ciudades es cuando apreciamos lo que tenemos.
Aquí en la ciudad estamos atentos a las noticias sobre el tráfico o las manifestaciones, que nosotros hacemos, mientras en las costas como Cancún los habitantes están constantemente atentos a las tormentas o los huracanes, en Chicago o New York se preocupan por las nevadas y heladas y en otras regiones sobre las sequías y el hambre. En ésta ciudad estamos protegidos de huracanes por las cordilleras montañosas de la Sierra Madre Oriental y la Sierra Madre Occidental, a nuestra latitud el sol calienta pero no quema y la duración del día en verano nos es tan prolongado como para no enfriar en las noches como sucede en latitudes más altas.
Ver el Sol luego de algunos días nublados nos permite recuperar la alegría y el buen humor, somos un pueblo alegre a pesar de la penurias, hasta nos reímos de ellas, hacemos bromas de todo, hasta de la muerte, pienso que mucho es por el clima que tenemos.
El sol nos parece permanente, esférico y estable, pero no es así, el sol tuvo un principio hace como cinco mil millones de años y tendrá un final en un tiempo similar, sí es esférico pero no es estable, a base de muchas observaciones a lo largo de los siglos y con la utilización de equipo cada vez más sofisticado hemos logrado entender, en parte apenas, algo de la evolución y actividad solar.
El sol se formó a partir de una enorme cantidad de polvo interestelar que debió ser parte de una nebulosa hace más de 4,500 millones de años, se formaron decenas, cientos o hasta miles de estrellas de una misma nube, hubo estrellas de todo tipo, desde las muy masivas y calientes como de 50,000°C hasta las de menos masa y frías (¡frías de 3,000 grados en la superficie!), y que a la vez de que se encendieron los núcleos de las estrellas se fueron separando unas de otras hasta quedar nuestro sol viajando solo en compañía de los planetas que se formaron con él, algunas de esas estrellas se mantuvieron unidas creando sistemas dobles, triples y quizá cuádruples, pero no nos es posible detectar cuáles de las estrellas de la Vía Láctea nacieron con el Sol.
En cuanto a su energía, el sol fusiona 6 millones de toneladas de hidrógeno en 595 millones de toneladas de helio cada segundo, las 5 millones de toneladas faltantes se convierten en energía. Esta cantidad de energía es enorme, solo así podemos entender porque sentimos su calor, que incluso llega a quemar nuestra piel estando a 150 millones de kilómetros de distancia.