Con 100 detectores para captar rayos gamma, los más energéticos del Universo, inició operaciones el Observatorio HAWC (siglas en inglés de High Altitude Water Cherenkov Observatory), un arreglo de contenedores de 180 mil litros de agua pura cada uno que, en su interior, tienen cuatro dispositivos de luz de alta sensibilidad, llamados fotomultiplicadores.
Instalado a cuatro mil 100 metros de altura en el Volcán Sierra Negra, entre Puebla y Veracruz, es capaz de captar cascadas de las partículas más energéticas que se producen fuera de la Tierra. Es una colaboración binacional en la que participan 14 instituciones de México, encabezadas por el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y la UNAM, así como 15 de Estados Unidos, entre ellos, el Laboratorio Nacional de los Álamos y la Universidad de Maryland.
“Este observatorio es muestra de lo que se puede hacer si colaboran varias instituciones y países para generar nuevo conocimiento”, dijo en rueda de medios, el coordinador de la Investigación Científica de esta casa de estudios, Carlos Arámburo de la Hoz.
William Lee, director del Instituto de Astronomía (IA), precisó que HAWC es un observatorio sui géneris y de frontera, que capta eventos que no se ven desde la Tierra y ayuda a tener más información científica sobre los más violentos que ocurren en el cosmos.
En el Auditorio Paris Pishmish del IA, Alberto Carramiñana Alonso, director del INAOE, detalló que con él se podrán estudiar estrellas de neutrones, galaxias activas, fenómenos del Sol, pulsares y remanentes de supernovas, entre otros proyectos de frontera.
Por su parte, la directora adjunta de ciencia del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Julia Tagüeña Parga, destacó que HAWC es un ejemplo de éxito y una muestra de la calidad de la comunidad científica mexicana, que trabaja a la par con sus colegas estadounidenses en la generación de nuevo conocimiento y métodos para recibir grandes cantidades de datos.
La “radiación Cherenkov” (descubierta en 1934 por Pavel Cherenkov, físico soviético y Premio Nobel) es la luz emitida por un medio transparente si partículas cargadas lo cruzan a una velocidad mayor a la de la luz en ese medio.
Por ello, los científicos podrán captar, dentro de los contenedores de agua, las “cascadas” de partículas de rayos cósmicos y gamma a energías billones de veces más grandes que las de la luz visible.
“Los detectores, la electrónica, la adquisición de datos y el análisis están listos. Con HAWC 100, que es como llamamos a esta etapa del Observatorio, que está a un tercio de su capacidad, detectamos 16 mil cascadas de rayos gamma por segundo, es decir, 14 mil millones de eventos por día, que son analizados en el sitio, en la UNAM y en la Universidad de Maryland”, detalló Andrés Sandoval Espinosa, investigador del Instituto de Física (IF) de la UNAM y responsable del proyecto por parte de esta casa de estudios, en donde también participan investigadores de los institutos de Geofísica, Ciencias Nucleares y Astronomía.
Como es modular, el HAWC sigue en crecimiento y dentro de un año estará a su máxima capacidad con 300 contenedores, para ampliar su recepción de emisiones energéticas.