Las historias de ciencia ficción han tenido muchas veces el espacio como el escenario futurista, muchas de las películas más taquilleras sobre estos temas tienen como desarrollo el camino del héroe, donde el protagonista no quiere creer que él es el elegido, su aventura se lleva a cabo siempre lejos de su lugar natal, invariablemente
recibe la ayuda de un poder sobrenatural que le da la fuerza de seguir en el camino, etcétera.
Por lo general estas historias no toman en cuenta los aspectos de la física en el espacio, tanto en Star Trek como en Star Wars no se consideran efectos reales como la falta de propagación del sonido o la ingravidez, Si la historia tiene lugar en un planeta externo invariablemente es un planeta con la misma fuerza de gravedad que la tierra y por lo general los habitantes de ese lugar están acostumbrados a noches y días, a veces hasta las horas, de la misma duración.
Quizá la primera película que me impactó por tener en cuenta todos estos detalles fue 2001 Odisea en el Espacio de Stanley Kubrick, que fue filmada antes de la llegada del hombre a la luna. Esta película nos da una idea de lo que puede ser la monotonía en un viaje interplanetario, resuelve el problema de la ingravidez en una nave de traslado con velcro o algo parecido, en el caso de la estación espacial, que además está en construcción (por lo general en las escenas futuristas ya todo está terminado, ya nada se sigue construyendo, lo misma pasa en las maquetas de las películas de monstruos gigantes), simula la gravedad con el efecto centrifugo del giro de una enorme rueda, parece haber el mismo efecto en la nave que viaja a Júpiter, excepto en algunas partes de ésta nave.
Otra película hecha con realismo científico fue Contacto, aunque la mayor parte tiene lugar en la Tierra, la parte del espacio sí toma en cuenta los aspectos de la ingravidez.
“Gravedad” tiene en cuenta especialmente éste aspecto, la protagonista pasa del amor al odio al espacio exterior, toma en cuenta hechos reales y actuales, la basura espacial.
Los espectadores deben tener en cuenta que las estaciones espaciales así como el transbordador espacial se mueven a 40,000 km/h con respecto a la Tierra, dan una vuelta al planeta en 90 minutos que es el tiempo que deben medir los protagonistas. El ruido no se propaga en el espacio y tomando en cuenta este detalle el director maneja de manera asombrosa la trama de la película con el sonido y la música. Fue realizada con tal realismo que se le preguntó al director por las dificultades de filmar en el espacio, no dudemos que en algún futuro esto sea posible, pero por ahora es como si preguntáramos por las dificultades de filmar en la edad media.
Recomiendo que vean ésta película, que nos permite tomar consciencia de lo hermoso que es nuestro planeta y las dificultades de permanecer en el espacio, como lo dice la película, no es posible la vida en el espacio, al menos como la conocemos.
@SergioUniverso