El próximo octubre, un cometa llamado Siding Spring sobrevolará Marte casi diez veces más cerca que cualquier otra roca identificada lo haya hecho jamás sobre la Tierra. Se acercará a unos 138.000 km, lo que significa que las naves espaciales que orbitan el Planeta rojo podrán echar un buen vistazo al núcleo de la roca. Sin embargo, la NASA advierte de que las partículas de polvo que arroje durante ese paseo cósmico podrían poner en peligro estas sondas en octubre. El nivel de riesgo no se conocerá durante meses, pero la NASA ya ha comenzado a evaluar las posibles medidas de precaución al mismo tiempo que se prepara para estudiar el cometa.
El Siding Spring, llamado formalmente C/2013 A1, fue descubierto el 3 de enero de 2013 desde el observatorio australiano del que recibe su nombre. En ese momento, este objeto proveniente de la nube de Oort estaba más lejos del Sol de lo que lo está Júpiter. Observaciones posteriores permitieron a los científicos en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL) en Pasadena (California) calcular la trayectoria que el cometa seguirá cuando sobrevuele Marte. Las observaciones realizadas en 2014 continuarán refinando el conocimiento de la trayectoria, pero los científicos creen que el núcleo del Siding Spring se acercará a Marte hasta a un tercio de la distancia que existe entre la Tierra y la Luna.
Según explica la agencia espacial en un comunicado, el Siding Spring será vigilado desde la Tierra, Marte y el espacio, y ya hay instrumentos que lo tienen en su objetivo. El Telescopio Espacial Hubble y la misión NEOWISE de la NASA han observado el cometa este mes para estudiar los tamaños y cantidades de partículas de polvo que produce y entender los riesgos potenciales que conllevan para los orbitadores de Marte.
Observado con todo detalle
Los investigadores que trabajan con estas naves ya tienen experiencia en el seguimiento de cometas. El pasado año, se acercó a Marte otro muy famoso, ISON, que finalmente se desintegró durante su acercamiento al Sol. Aún así, el sobrevuelo se produjo unas 80 veces más lejos de lo que estará el Siding Spring. Además, ISON continuó su viaje hacia el interior del Sistema Solar durante casi dos meses e incluso fue visible a simple vista desde la Tierra antes de desaparecer. Sin embargo, Siding Spring alcanzará su máximo acercamiento al Sol apenas seis días después de visitar Marte, no se verá desde la Tierra y no va a volver al Sistema Solar interior en casi un millón de años.
El nuevo cometa podrá ser visible para las sondas y rovers marcianos. Los investigadores creen que gracias a su cercanía, las cámaras de la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) podrán proporcionar imágenes con una resolución de decenas de píxeles a través del diámetro del núcleo, una resolución mucho mayor que la que obtuvo cuando se fijaron en ISON.
Las cámaras en los rovers Curiosity y Opportunity podrían estar atentas a los meteoros en el cielo, que serán una indicación de la abundancia de partículas en la cola del cometa. Es demasiado pronto para saber hasta qué punto Siding Spring resulta una amenaza. Aunque la ruta del núcleo se conoce bastante bien, existen incógnitas importantes acerca de la cantidad de polvo que sale del mismo, cuándo saldrá y la geometría de la coma y la cola del cometa.
Durante abril y mayo, el cometa cruzará el rango de distancias desde el Sol en las que el agua helada en la superficie se activa, evaporándose y expulsando partículas de polvo suelto, que podrían situarse lo suficientemente lejos del núcleo en octubre para pulular alrededor de Marte.
50 veces más rápido que una bala
Tres orbitadores están actualmente activos en Marte: MRO y Mars Odyssey, de la NASA, y Mars Express, de la Agencia Espacial Europea (ESA). Dos más entrarán en órbita alrededor del planeta cerca de tres semanas antes de que se acerque el Siding Spring: el MAVEN de la NASA, que estudiará la atmósfera del planeta, y el Mars Orbiter Mission de la India. Para evitar daños en sus equipos, la NASA situará sus orbitadores en lugares estratégicos durante los minutos de mayor riesgo, orientados de tal forma que las partes más vulnerables no estén en la línea de fuego. El núcleo y las partículas de polvo que arroja el cometa viajarán a 56 km por segundo, cincuenta veces más rápido que una bala de un rifle de alta potencia y el doble o el triple de la velocidad del impacto de un meteorito. En cuanto a los rovers sobre la superficie, la atmósfera marciana es lo suficientemente densa como para evitar que el polvo del cometa se convierta en un peligro.
Los posibles cambios en las naves requerirían una enorme cantidad de pruebas, afirma Soren Madsen, ingeniero jefe del Programa de Exploración de Marte del JPL. Hay una gran cantidad de preparación que tenemos que hacer ahora, para estar listos en caso de que en mayo sepamos que el sobrevuelo será peligroso.