Subir un ocho mil puede ser un juego de niños para una abeja. Aunque parezca increíble, los abejorros pueden volar sin problemas en condiciones de presión equivalentes a una altitud de 9.000 metros, más alto que el monte Everest.
Lo consiguen batiendo sus alas en movimientos más amplios, según científicos estadounidenses, quienes han podido comprobarlo en laboratorio. Aunque no hay ningún alimento que puedan recoger estos insectos en los picos del Himalaya, los investigadores creen que esta capacidad podría ayudarlos a escapar de los depredadores en otros lugares.
Los abejorros se encuentran a menudo por encima de los 4.000 metros y se ha registrado su actividad hasta 5.600 metros. En las elevaciones más altas, la menor densidad del aire haría más difícil elevarse con cada aleteo, y una caída en los niveles de oxígeno podría empujar los límites de los sistemas metabólicos de las abejas. Pero estos factores fisiológicos no se comprenden bien.
En un estudio publicado en la revista Biología Letters, zoólogos de la Universidad de Wyoming en Laramie y la de California, Berkeley, probaron si la elevación de los abejorros estaba limitada por la aerodinámica y la fisiología.
El equipo atrapó cinco abejorros machos (Bombus impetuosus ) alimentándose a 3.250 metros en Sichuan, China, y los colocó en una cámara de plexiglás. Una vez que las abejas comenzaron a volar hacia arriba, la presión dentro de la cámara se redujo utilizando una bomba de mano para simular cómo aumenta la altitud en intervalos de 500 metros. Las cinco abejas podían flotar a presiones del aire equivalentes a elevaciones de 7.400 metros; tres podrían volar por encima de los 8.000 metros y dos llegaron a superar los 9.000.
Pueden, ¿pero para qué?
Los investigadores observaron que las abejas no alteraron la frecuencia de sus aleteos, sino que aumentaron el ángulo a través del cual baten sus alas, «lo que significa que empujan hacia abajo más moléculas de aire», explica en la web de la revista Nature Michael Dillon, uno de los autores del trabajo.
Sin embargo, esto no significa que las abejas puedan realmente volar hasta el Everest. Las temperaturas bajan a medida que aumenta la altitud, y el frío por encima de los 5.000 metros supondría un reto formidable para los abejorros. Esos cambios no fueron simulados en la cámara de vuelo.
En ese caso, ¿por qué tienen los abejorros alpinos tienen esa capacidad extra para volar tan alto? Dillon sospecha que se requiere para realizar otras tareas, como escapar de los depredadores o transportar cargas pesadas.